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Le « Borges » de Bioy, 8éme au classement par Babelia des 100 « mejores libros del siglo XXI »

30nov

Ce matin, parcourant El Pais de ce jour,

je découvre un article signé Javier Rodrigos Marcos,

intitulé Los 21 mejores libros del siglo XXI 

révélant le classement (par Babelia _ par un jury de 84 « experts » en littérature… _) des 100 meilleurs livres de notre XXIéme siècle,

dans lequel figure au 8ème rang

le Borges de _ mon cousin argentin (1914 – 1999) _ Adolfo Bioy Casares : Bioy

_ le livre, par les soins de Daniel Martino, fut publié, posthume, en novembre 2006 aux Ediciones Destino. Et telle est la raison qui fait de ce Borges de Bioy un classique du XXIème siècle. J’écris cela en rêvant de la publication, un jour (?), de l’intégralité de ce Journal personnel de Bioy ; dont l’intérêt va considérablement plus loin que son amitié littéraire avec Borges… Mais quel éditeur aura la folie de s’engager dans pareille immense publication ? Et pour quel lectorat ? En son indispensable Zarathoustra, au magnifique chapitre Lire et écrire du livre I, Nietzsche écrivait : « je hais les oisifs qui lisent« … Et les éditeurs-commerçants font des livres pour ce public de tels lecteurs-consommateurs-acheteurs-là… D’autant que Bioy, en rédigeant les pages de Journal personnel, n’avait certes pas la moindre visée de publication de ces notules personnelles-là… Bien éloignées de ses visées de perfection du style de ce qu’il donnait à publier… Son Journal était pour lui-même seulement ; une sorte d’aide-mémoire fixant un peu des instants fugitifs de sa vie.

8. ‘Borges’, Adolfo Bioy Casares

De las 20.000 páginas _ mazette ! _ de cuadernos íntimos que Bioy (1914-1999) escribió a lo largo de su vida, su relación con Borges ocupa 1.700_ soit 8,5 % de l’ensemble ; restent donc 91,5 %, soient 18 500 pages ! Un trésor !!! _, explicó en una información de 2006 Javier Rodríguez Marcos. Son las que preparó para este volumen antes de morir : “Aunque el libro se extiende entre 1931 y 1989, Bioy resume _ et c’est un peu dommage ; même si c’est mieux que rien ! _ los 15 primeros años _ entre 1931 et 1946 _ en una decena de páginas. Eso sí, brillantes. Los diarios borgianos de Bioy están llenos de literatura_ certes. Borges dijo que su relación era una profunda amistad “sin intimidad” cuya piedra angular eran los libros _ voilà. Mais la vie va bien au-delà des livres lus, écrits ou à écrire… Même si écrire son Journal est aussi de l’écriture…


Immédiatement je me souviens des mots prononcés par Edgardo Scott

à l’Institut Cervantes de Bordeaux le mardi 8 octobre dernier

lors d’une table ronde intitulée Regards croisés autour d’Adolfo Bioy Casares,

que j’animais,

avec les contributions très précieuses des auteurs argentins éminents lecteurs de Bioy

Stella Maris Acuña, Silvia Renée Arias et Edgardo Scott.

Edgardo Scott n’hésitant pas à qualifier ce Borges posthume de Bioy (1914 – 1999)

de plus grand livre argentin du XXIème siècle

_ et personnellement je porte ce Journal de Bioy au pinacle… Il m’intéresse passionnément.


Si bien que le vendredi 11 octobre suivant, à l’Auditorium de la Bibliothèque de Bordeaux-Mériadeck,

lors d’une nouvelle table ronde que j’animais, et intitulée Les Héritiers d’Adolfo Bioy Casares,

avec Eduardo Berti et Edgardo Scott,

je n’hésitai pas à commencer la séance d’entretiens

en demandant à Eduardo Berti

ce qu’il pensait de cette remarque d’Edgardo Scott

qualifiant ce Borges de Bioy

de plus grand livre de la littérature argentine du XXIème siècle.

Voici cet article d’El Pais :

Los 21 mejores libros del siglo XXI

Un jurado de 84 expertos ha escogido para Babelia los títulos más relevantes de las dos primeras décadas del milenio


30 NOV 2019 – 00:24 CET

mejores libros

SETANTA

« Hacer listas« , escribe Alberto Manguel en su Diario de lecturas, “da lugar a cierta arbitrariedad mágica, como si la simple asociación pudiera crear sentido”. Pues bien, ¿qué sentido se puede encontrar en una lista que trata de hacer balance de las dos primeras décadas del siglo XXI? Empecemos por el principio. El martes 11 de septiembre de 2001, dos aviones de pasajeros secuestrados por terroristas suicidas derribaron las Torres Gemelas de Nueva York, mataron a casi 3.000 personas y cambiaron el mundo para siempre. De paso, mandaron al trastero de las hipótesis la teoría hegeliana del fin de la historia reciclada por Francis Fukuyama tras la caída del muro de Berlín y zanjaron la discusión sobre si el siglo XXI empezaba en el año 2000 o en 2001. La guerra de las galaxias se quedó en choque de civilizaciones. Los ordenadores pasaron la prueba del efecto 2000, pero sus usuarios — la nueva gran palabra — entraron en la era del miedo, la inseguridad, la precariedad, la intimidad (pública) y la realidad (virtual).



El futuro había llegado tan pronto en forma de metralla que los cines se llenaron de remakes ; las librerías, de cánones, recuentos y resúmenes y listas de lo muy muy y lo más más (que había que ver, leer y escuchar… antes de morir). También de relatos con un fondo de historia universal y libros de no ficción o de autoficción que dan tanto valor a la trama como a su making-of. Incapaz de imitar a una realidad presente que parecía de novela, la literatura se volcó en el pasado, en la memoria (histórica y a secas), en las investigaciones periodísticas, en la primera persona y en la propia literatura, que se volvió metatodo.


De ahí el triunfo absoluto de 2666, un libro total compuesto de cinco partes y publicado en otoño de 2004, al año siguiente de la muerte de su autor. Desde Borges —retratado minuciosamente por Adolfo Bioy Casares en un diario ya ineludible—, ningún escritor ha influido _ tel est donc le critère probablement décisif de ce choix _ tanto como Roberto Bolaño en las nuevas generaciones. Que sus libros empezasen a publicarse en Anagrama y actualmente lo hagan en Alfaguara — las dos editoriales más presentes _ un élément à prendre en compte _ en la lista de Babelia — es otro síntoma del peso de algunos sellos en la creación del gusto contemporáneo _ du moins hispanophone ; un facteur à noter, donc.


El escritor chileno Roberto Bolaño, en 1997.

El escritor chileno Roberto Bolaño, en 1997. MANOLO S. URBANO

Acaso por una mera cuestión generacional, la literatura canónica de las dos primeras décadas del siglo XXI se ha ocupado de hurgar en las heridas del XX _ pour ce qui concerne les dominantes thématiques. Las guerras mundiales, la guerra civil española, la posguerra, la descolonización, las migraciones, el apartheid, las dictaduras latinoamericanas, la caída del imperio soviético, los feminicidios en Ciudad Juárez o las turbulencias en Oriente Próximo pueden rastrearse en la obra del propio Bolaño, Ian McEwan, W. G. Sebald, Javier Marías, Javier Cercas, Tony Judt, Mario Vargas Llosa, J. M. Coetzee, Zadie Smith, Svetlana Aleksiévich, Emmanuel Carrère, Marjane Satrapi o Edmund de Waal _ oui.


Pero si esos autores empiezan a ser canónicos no es solo por los temas que abordan, sino por el modo _ voilà _ en que lo hacen _ un point forcément décisif, lui aussi _ : mezclando realidad y ficción, narración y reflexión, dinamitando los géneros tradicionales o dejando que su intimidad sin filtros discuta con la historia universal _ oui. Ese yo con voluntad de nosotros es el que ha producido además títulos como los de Joan Didion, Lucia Berlin, Anne Carson y Raúl Zurita — que tituló su obra magna con su propio apellido —, pero sobre todo los seis volúmenes de Karl Ove Knausgård _ j’ignorai jusqu’ici l’existence même de cet auteur.


También la gran historia y la intimidad cruda están presentes en títulos del siglo XXI tan exitosos como El Código Da VinciEl niño con el pijama de rayas o Cincuenta sombras de Grey. ¿Por qué no están en esta lista? Tal vez porque no cuadran con la definición que el crítico Northrop ­Frye acuñó para la “gran literatura” : aquella que es “dueña de una visión siempre más vasta que la de sus mejores lectores” _ ici encore un facteur décisif… El poeta Wystan Hugh Auden lo matizó así : “Hay libros que han sido injustamente olvidados ; ninguno es injustamente recordado” _ en effet !


La crisis económica de 2008 sumó la indignación a la inseguridad y dio la razón a una novela premonitoria publicada en España un año antes : Crematorio, de Rafael Chirbes. De paso, empoderó — el verbo del siglo — a un género y a una generación. El feminismo y el ecologismo son por ahora la respuesta más contundente a una deriva insostenible que va camino de convertir en realismo puro una novela de, digamos, ciencia-ficción como La carretera, de Cormac ­McCarthy. Protagonizada por dos hombres solos — un padre y un hijo — que vagan por un planeta devastado, la distopía del autor estadounidense incluye en sus páginas algo que se parece a una definición de la literatura de hoy : “Dios no existe y nosotros somos sus profetas”.


1. ‘2666’, Roberto Bolaño


« 2666 es lo mejor de una producción literaria prematuramente interrumpida », escribió Ana María Moix en Babelia en 2004, « Amalfitano, uno de los protagonistas de la segunda de las cinco partes o novelas que componen 2666, obra póstuma de Roberto Bolaño (1953-2003), rememora desde México una conversación sostenida, hacía años en Barcelona, con un joven farmacéutico que pasaba sus noches de guardia leyendo. Al joven le gustaba leer novelas breves como La metamorfosis, de Kafka ; Bartleby, el escribiente, de Melville ; Un corazón simple, de Flaubert, o Un cuento de Navidad, de Dickens, títulos que escogía en lugar de El proceso, Moby Dick, Bouvard y Pécuchet El Club Pickwick, novelas largas de los citados autores. ‘Qué triste paradoja, pensó Amalfitano’, escribe Bolaño. ‘Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren caminos en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros (…)‘. Y, de hecho, eso es 2666 : una gran obra torrencial, que abre caminos en lo desconocido ». Moix apunta que las cinco partes de esta gran obra pueden leerse por separado, pero se perdería la grandeza que alcanzan juntas.

2. ‘Austerlitz’, W. G. Sebald

La novela del alemán W. G. Sebald (1944-2001) narra la odisea vital de un hombre sin historia llamado Jacques Austerlitz en busca de ese tejido perdido en el tiempo que son sus padres. El protagonista camina sobre los restos de una devastación insoportable después de dos guerras.Austerlitz es una formidable representación del destino del hombre moderno llevado a un extremo : el del desarraigo extremo ; también lo es de la capacidad de supervivencia del ser humano”, escribió en estas páginas José María Guelbenzu en 2002. Traducción de Miguel Sáenz.

3. ‘La belleza del marido’, Anne Carson


Anne Carson (1950) abordó en La belleza del marido el conflicto desencadenado por su separación. “Hay en este poemario”, escribió el crítico Ángel Rupérez en 2003, “una tensión entre la idealización inicial del marido (…) y el derrumbe de ese ídolo que consigue sobrepasar con creces el anecdotario más estrictamente autobiográfico y confesional, constantemente convertido en materia poética contaminada por un continuo y soterrado — no explícito — aliento lírico hecho de elegía comedida y de creencia incondicional en la belleza”Traducción de Ana Becciu.

4. ‘La Fiesta del Chivo’, Mario Vargas Llosa


La Fiesta del Chivo es un relato sobre el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo Molina y, a la vez, un impresionante fresco de la corrupción destructiva de las dictaduras. En su crítica de 2000, el argentino Tomás Eloy Martínez definió la novela del premio Nobel Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) como “un retrato implacable del poder absoluto en una novela que se lee sin respiro de principio a fin”.

5. ‘Expiación’, Ian McEwan


Con minuciosidad y un talento infinito, el británico Ian McEwan (Aldershot, 1948) ha ido construyendo una obra tan variada como imprevisible. Expiación es una de sus novelas más célebres, mucho antes de que fuese llevada al cine. En su crítica, Andrés Ibáñez calificó en 2002 la novela como “un relato de una ambición y un alcance nada frecuentes”. “Es, ante todo”, proseguía, “un triunfo de la imaginación creadora, una obra que justifica en sí misma la existencia del arte de la novela”Traducción de Jaime Zulaika.

6. ‘Limónov’, Emmanuel Carrère


Emmanuel Carrère (París, 1957) ha construido un género propio en el que mezcla la autobiografía con el retrato de personajes insólitos. Así definió el autor a su protagonista en 2013 : “Ha sido granuja en Ucrania, ídolo del underground soviético, mendigo y después mayordomo de un millonario en Manhattan ; escritor en París, soldado en los Balcanes, y, ahora, en el inmenso burdel del poscomunismo en Rusia, viejo jefe carismático de un partido de jóvenes desesperados. Él se ve como un héroe, pero también se le puede considerar un cabrón : yo no me atrevo a juzgarlo”Traducción de Jaime Zulaika.

7. ‘Tu rostro mañana’, Javier Marías



Javier Marías cerró su trilogía Tu rostro mañana en 2007 con Veneno y sombra y adiós, en la que reflexiona sobre el egoísmo, la verdad y la culpa. José-Carlos Mainer calificó la obra de ejemplo del género de la autoficción : “Marías ha logrado la construcción más sostenida, compleja e importante que tal voluntad (de estilo y de género) ha producido en las nuevas letras españolas”. Mainer describe la obsesión por “la naturaleza de la verdad” y cree que “el punto de partida de la existencia es el egoísmo”.

8. ‘Borges’, Adolfo Bioy Casares



“De las 20.000 páginas de cuadernos íntimos que Bioy (1914-1999) escribió a lo largo de su vida, su relación con Borges ocupa 1.700”, explicó en una información de 2006 Javier Rodríguez Marcos. Son las que preparó para este volumen antes de morir : “Aunque el libro se extiende entre 1931 y 1989, Bioy resume los 15 primeros años en una decena de páginas. Eso sí, brillantes. Los diarios borgianos de Bioy están llenos de literatura”. Borges dijo que su relación era una profunda amistad “sin intimidad” cuya piedra angular eran los libros.

9. ‘Verano’, J. M. Coetzee



Verano,
 la tercera entrega de las memorias del sudafricano J. M. Coetzee (1940), “revela una audacia literaria que no por consecuente con la última parte de su obra deja de ser un reto original”, escribió José María Guelbenzu en 2010. En este libro, cinco entrevistados crean con su testimonio un Coetzee personal e íntimo, en un documento que manifiesta la viveza de espíritu del escritor y su apuesta irreductible por la verdad literaria. Traducción de Jordi Fibla.

10. ‘El año del pensamiento mágico’, Joan Didion



“La obra de no ficción de Joan Didion (1934) ejemplifica bien el género conocido como ensayo personal, una forma de escritura cuyo objetivo es someter a examen circunstancias de orden histórico o sociológico desde una perspectiva radicalmente subjetiva”, escribió en 2005 en estas páginas Eduardo Lago. Este libro de duelo es, en palabras del escritor, “el más personal por lo íntimo y doloroso del tema” : la muerte de su marido. Traducción de Javier Calvo.

11. ‘Mi lucha’, Karl Ove Knausgård


El noruego Karl Ove Knausgård (1968) narra su vida en seis tomos bajo el título de Mi lucha ,como la autobiografía de Hitler. “Un vertedero documentario que necesita existir para que surja, de vez en cuando, un prodigio que, por sí solo, parecería puramente retórico pero que, nacido de la abrumadora acumulación de detalles, se convierte en una epifanía”, opinó Alberto Manguel en 2014. Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo.

12. ‘La carretera’, Cormac McCarthy

Un padre y su hijo, supervivientes de una hecatombe nuclear, caminan hacia un sur que, solo quizá, sea su salvación. “Unidos por el amor y el miedo, son la expresión de una soledad intolerable”, escribió J. M. Guelbenzu en su crítica de esta novela de Cormac McCarthy (1933). Traducción de Luis Murillo Fort.

13. ‘Crematorio’, Rafael Chirbes

Rafael Chirbes (1949-2015) narró en esta novela la corrupción urbanística en España. “Con una escritura de precisión clínica en la que a veces recala un medido lirismo, el escritor no cede al olvido de la grande y pequeña historia de nuestro país. Como si Galdós vigilara”, escribió sobre el autor y su obra J. E. Ayala-Dip.

14. ‘Dientes blancos’, Zadie Smith

“El rasgo más característico de la escritura de Zadie Smith (1975) es su propensión a la sátira. No obstante, Dientes blancos no es una novela divertida”, escribió Francisco Solano en 2001. “Retrata el espacio multirracial habitado por hijos de inmigrantes, cuya asimilación a la metrópoli, junto con la confrontación con los padres, les aboca a ser víctimas de una mezcolanza ideológica y religiosa que produce claros efectos de atolondramiento”Traducción de Ana M. de la Fuente.

15. ‘Manual para mujeres de la limpieza’, Lucia Berlin

La estadounidense Lucia Berlin (1936-2004) empezó a publicar (no a escribir) muy tarde y solo a finales del pasado siglo se la comenzó a reconocer como una narradora excepcional. Manual para mujeres de la limpieza es una antología de relatos basados en la vida itinerante de la autora, alcohólica, que trabajó en toda clase de oficios para mantener a sus hijos. “Todo cuanto relata tiene olor a verdad”, aseguró José María Guelbenzu en 2016. Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino.

16. ‘Zurita’, Raúl Zurita

“La primera impresión que produce Raúl Zurita (Santiago, 1950) es la de un poeta perdido en el mundo del misterio y la espiritualidad”, escribió el cronista Patricio Fernández en 2012. “No lee, canta, se lamenta, y reza”. Y este poeta publicó aquel año su particular autobiografía, un poemario de 800 páginas en el que se expone más crudamente que nunca.

17. ‘Postguerra’, Tony Judt

El historiador británico (1948-2010) logró con este libro una hazaña, mezclando las lavadoras, los Beatles y Margaret Thatcher. Esto es, la vida cotidiana, la cultura y la política. “La nueva Europa constituye un éxito notable vitalmente vinculado a un terrible pasado”, escribió Santos Juliá en su reseña. “Para que los europeos conserven siempre ese víncu­lo vital hay que enseñárselo de nuevo a cada generación”Traducción de Jesús Cuéllar y Gloria E. Gordo del Rey.

18. ‘Soldados de Salamina’, Javier Cercas

J. Ernesto Ayala-Dip habló en su crítica de Soldados de Salamina en 2001 de la mezcla entre “el relato real” que se plantea en el libro de Cercas y la “obra de ficción” que realmente es. La historia del fallido fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas, escritor y fundador de la Falange, se desarrolla con “esa prosa que se desliza con la naturalidad que da la madurez”, añadió Ayala-Dip sobre esta novela.

19. ‘El fin del Homo sovieticus’, Svetlana Aleksiévich

Cuando Svetlana Aleksiévich (Ucrania, 1948) recibió el Premio Nobel de Literatura, muchos lectores descubrieron la fuerza de una obra, a medio camino entre el periodismo y la historia. El fin del ‘Homo sovieticus ofrece las voces de los que vivieron el fin del comunismo. “Su obra es también una revancha del periodismo”, escribió Lluís Bassets sobre su obra, “que busca las fuentes más modestas y las experiencias más sencillas para explicar lo que fue silenciado durante las siete décadas soviéticas”Traducción de Jorge Ferrer.

20. ‘Persépolis’, Marjane Satrapi

En Persépolis, el único cómic en la lista, la autora iraní cuenta la revolución islámica de 1980 vista por una niña, la que Marjane Satrapi era entonces, con 10 años, cuando tuvo que ponerse pañuelo por primera vez para ir a la escuela. “Tenía un deber para con mi país”, le dijo en 2002 a Jaume Vidal en una entrevista. Un cómic en blanco y negro porque, según Satrapi, “el rojo de la sangre podría ser muy dramático”Traducción de Albert Agut.

21. ‘La liebre con ojos de ámbar’, Edmund de Waal

A través de la historia de 264 miniaturas japonesas llamadas netsukes — entre ellas, la liebre que da título al libro —, Edmund de Waal (Nottingham, 1964) construye la historia de su familia, aunque va mucho más allá en un retrato de la historia reciente de Europa y de sus profundas heridas y ausencias. Traducción de Marcelo Cohen.

Del 22 al 50

22. La grande, Juan José Saer
23. Nunca me abandones, Kazuo Ishiguro
24. Anatomía de un instante, Javier Cercas
25. Demasiada felicidad, Alice Munro
26. La tabla rasa, Steven Pinker
27. Los años, Annie Ernaux
28. Temporada de huracanes, Fernanda Melchor
29. Sapiens, Yuval Noah Harari
30. Kafka en la orilla, Haruki Murakami
31. El nervio óptico, María Gainza
32. Los diarios de Emilio Renzi, Ricardo Piglia
33. La novela luminosa, Mario Levrero
34. En presencia de la ausencia, Mahmud Darwish
35. Incendios, Wajdi Mouawad
36. Pensar rápido, pensar despacio, Daniel Kahneman
37. Las correcciones, Jonathan Franzen
38. El adversario, Emmanuel Carrère
39. La mancha humana, Philip Roth
40. Canadá, Richard Ford
41. Elizabeth Costello, J. M. Coetzee
42. Terror y utopía, Karl Schlögel
43. Lectura fácil, Cristina Morales
44. Las poetas visitan a Andrea del Sarto, Juana Bignozzi
45. Ordesa, Manuel Vilas
46. Distancia de rescate, Samanta Schweblin
47. La noche de los tiempos, Antonio Muñoz Molina
48. Teoría King Kong, Virginie Despentes
49. El mundo deslumbrante, Siri Husvedt
50. Los testamentos, Margaret Atwood

Del 51 al 100 (por orden alfabético del apellido del escritor)

Americanah, Chimamanda Ngozi Adichie
Diccionario de autores latinoamericanos, César Aira
Experiencia, Martin Amis
Patria, Fernando Aramburu
Un país mundano, John Ashbery
Fun Home, Alison Bechdel
Genios : un mosaico de cien mentes creativas y ejemplares, Harold Bloom
Vida precaria, Judith Butler
El día del Watusi, Francisco Casavella
Las ensoñaciones de la mujer salvaje, Hélène Cixous
Hombre lento, J. M. Coetzee
A contraluz, Rachel Cusk
La maravillosa vida breve de Óscar Wao, Junot Díaz
Jamás el fuego nunca, Diamela Eltit
El olvido que seremos, Héctor Abad Faciolince
Un ángulo me basta, Juan Antonio González Iglesias
El giro, Stephen Greenblatt
El tejido del cosmos, Brian Greene
Homo Deus. Breve historia del mañana, Yuval Noah Harari
Trabajos del reino, Yuri Herrera
Sumisión, Michel Houellebecq
La posibilidad de una isla, Michel Houellebecq
La doctrina del shock, Naomi Klein
La casa de la fuerza, Angélica Liddell
Berta Isla, Javier Marías
Asterios Polyp, David Mazzucchelli
Necropolítica, Achille Mbembe
C, Tom McCarthy
Aquí, Richard McGuire
Todo lo que tengo lo llevo conmigo, Herta Müller
Escapada, Alice Munro
Suite francesa, Irène Némirovsky
Infiel. Historias de transgresión, Joyce Carol Oates
El salto del ciervo, Sharon Olds
El capital en el siglo XXI, Thomas Piketty
Un apartamento en Urano, Paul B. Preciado
Diccionario sánscrito-español. Mitología, filosofía y yoga, Òscar Pujol
Retaguardia roja, Fernando del Rey
La conjura contra América, Philip Roth
Harry Potter y el misterio del príncipe, J. K. Rowling
La última noche, James Salter
Clavícula, Marta Sanz
El artesano, Richard Sennett
La estupidez, Rafael Spregelburd
La poesía del pensamiento, George Steiner
La gran brecha. Qué hacer con las sociedades desiguales, Joseph Stiglitz
Los errantes, Olga Tokarczuk
Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan
Hablemos de langostas, David Foster Wallace
Fabricando historias, Chris Ware

Así ha decidido el jurado : hombres que votan a hombres y jóvenes que leen a extranjeros

_ je remarque aussi que les nombreux lecteurs de ce très intéressant article paru dans El Pais qui prennent la peine de commenter-critiquer les choix de cette liste, indiquent les « oubliés » selon eux de cette liste. Et parmi ceux-ci, revient le plus souvent le nom de l’écrivain roumain Mircea Cartarescu, et son roman Solénoïde, paru en traduction française le 22 août 2019 (aux Éditions Noir sur blanc).

Mircea Cartarescu : un auteur que m’a vivement recommandé l’ami Eduardo Berti, qui s’est rendu tout spécialement à Pollença (dans l’île de Mallorca) pour la remise à Mircea Cartarescu (pour l’ensemble de son œuvre) du Prix Formentor, le 29 septembre 2018 ; le jury de ce Prix Formentor s’était réuni à Buenos Aires le 9 avril 2018 ; et en faisait partie Alberto Manguel, le lauréat précédent de ce Prix Formentor, en 2017 ; et grand lecteur (et ami, mieux encore !) de Bioy, Silvina Ocampo, et Borges.

Et lire aussi de mon ami Bernard Sève :

De haut en bas _ philosophie des listes

_ cf mon article du 4 avril 2010 :

Ce samedi 30 novembre 2019, Titus Curiosus – Francis Lippa

La présente modernité-lucidité de Bioy selon Edgardo Scott

09oct

Hier,

en avant-propos à la table ronde

que j’allais modérer à l’Institut Cervantes de Bordeaux, à 18 heures,

dans le cadre de la semaine d’hommages

que l’Association des Amis de Bioy Casares _ dont je suis le président _, a l’honneur de réaliser à Bordeaux,

à l’occasion du vingtième anniversaire de la mort du grand écrivain qu’a été Adolfo Bioy Casares (Buenos-Aires, 15 septembre 1914 – Buenos-Aires, 8 mars 1999),

l’écrivain argentin Edgardo Scott (Lanus, 1978)

_ qui allait participer à cette table-ronde de « Regards croisés sur Bioy« , avec Silvia Renée Arias et Stella-Maris Acuna ;

et qui a été l’organisateur de l’hommage, à la Bibliothèque Nationale argentine, à Buenos-Aires, en 2014, à l’occasion du centième anniversaire de la naissance de Bioy _

m’a adressé le canevas _ très remarquable, et passionnant ! _ suivant

de son intervention,

afin de m’aider à organiser ma modération à venir de cette table-ronde _ enthousiasmante _ :

Bioy-Bordeaux
Je serai bref. C’est quelque chose, la brièveté, que Bioy a apprécié et qu’il apprécierait sûrement ici. Citant l’écrivain polonais Witold Gombrowicz, lorsqu’il a donné une conférence en espagnol à Buenos Aires, je dirai: « mon français est un enfant balbutiant de trois ans à peine. »
Vingt ans se sont écoulés depuis la mort de Bioy, qui avait la précision et la prudence de mourir avec le vingtième siècle. Et pourtant, nous sommes ici en France, au pays de ses aînés, vingt ans plus tard, pour parler de lui et de ses livres. Le contexte idéal pour un conte fantastique.
Comme vingt ans se sont écoulés depuis sa mort et que j’ai dit que cela allait être bref, je vais réduire à dix le nombre de points sur lesquels je concentre mon regard, ce regard, partiel, sur Bioy.

1. La première chose est que bien que, comme je l’ai dit, Bioy soit mort avec le XX siècle, en 1999, il est l’auteur du meilleur livre publié par la littérature argentine au cours de ce siècle, au cours de ces deux premières décennies. C’est le livre qui regroupe ses quatre décennies de conversations avec Borges, tel que nous le connaissons, le Borges de Bioy. Ce livre a été publié à titre posthume en 2006, il compte 1664 pages et est, comme je l’ai dit, le meilleur livre qui ait donné à la littérature argentine au cours de ce siècle. Bioy devient donc un auteur non seulement contemporain, mais actuel. Et ce n’est vraiment pas un livre sur Borges. C’est un livre sur la littérature et l’amitié. Ou sur l’amitié et la littérature.
2. Que signifie écrire à l’ombre de Borges? Ou plutôt, que signifie écrire dans l’ombre d’un autre? Il est toujours considéré comme une honte, un avatar malheureux et pitoyable. Dommage, dirions-nous, déplorant le destin de Bioy d’avoir écrit et publié à l’ombre de Borges. Le premier qui a toujours écarté cette interprétation était Bioy lui-même, qui ne le regrettait jamais, bien au contraire. Et en vérité, nous oublions qu’écrire à l’ombre, c’est écrire dans la pénombre, peut-être dans l’obscurité, écrire derrière certaines lumières qui peuvent aveugler ou confondre le regard. Eloge de l’ombre, a écrit Tanizaki. Ils disent que Macedonio Fernández a écrit à la main dans un placard, et avec une bougie. Écrire à l’ombre, c’est écrire presque en cachette, en résistance. Bioy est consciente de cette situation et en a tiré pleinement parti.
3. Comme je l’ai dit, vous devez penser et juger Bioy en tant qu’auteur actuel. Et en tant que tel, il est un auteur diversifié, complexe et sophistiqué. Ce n’est pas l’auteur de la marque déposée. Que serait un auteur de marque déposée? L’auteur de la marque déposée serait l’auteur qui est toujours le même. Cela se répète dans tout son travail, parfois toute sa vie, avec la même voix, généralement avec les mêmes obsessions sacrées, et qui construit, comme on dit, un monde reconnaissable. Bioy n’est pas cet auteur. Je le répète, Bioy n’est pas cet auteur. Et c’est là une autre des conditions qui font de lui un auteur de ce siècle également.

4. Parce que, après tout, que serait un auteur de ce siècle? En principe, ne soyez pas un auteur du siècle dernier. Ne pas être un auteur du vingtième siècle. Ou seulement du vingtième siècle. Et cela n’a rien à voir avec Internet ou avec une utilisation particulière des nouvelles technologies, ni avec la promotion sur Instagram ou l’un des réseaux sociaux.

5. Être un auteur du XXIe siècle et ne pas être un auteur du XXe siècle est, peut-être avant tout, et à la lumière du nouveau siècle, aller au-delà de l’idéologie. Pas la politique mais l’idéologie, la couche la plus superficielle de la politique, la surface la plus trompeuse de la politique. Bioy a écrit « Personne n’aime les gens autant que leurs haines« . L’idéologie est une variation de la haine ou, citant un illustre Français du XXe siècle, une passion inutile. Ce qui compte, c’est le style de l’auteur, c’est-à-dire la position. La position d’un auteur. S’il existe un trait qui définit le travail de Bioy, c’est bien l’intelligence. La lucidité Une lucidité extrême.

6. Hier soir j’ai vu une interview de Bioy que je n’avais jamais vue. Contrairement à d’autres écrivains, et comme ce qui se passe dans ses livres, il n’est pas seulement fascinant de l’écouter à nouveau, c’est toujours nouveau, c’est toujours une nouveauté. Il y a toujours quelque chose d’autre. Dans cette interview, il a dit à un moment donné: « Nous sommes tous des héros, car nous devons passer par la mort« . Il le dit sans solennité et souriant avec son intelligence courtoise. En tant que messager ou médium qui ne peut éviter ce destin.

7. Cette insistance de la mort dans l’œuvre de Bioy fait que le fantastique possède un drame particulier. Car ce qui est fantastique sera avant tout la possibilité d’éviter la mort. Dans L’Invention de Morel, dans Dormir au soleil, dans Le rêve des héros et dans tant d’histoires, l’apparition du fantastique est l’apparition de la magie ou du plus grand miracle: éviter la mort. Comme son admiré Stendhal, Bioy voyais dans la mort la plus grande cruauté et incompréhension. Mort et chagrin.
 
8. J’ai dit que j´allais être court et que je le serai encore plus. Une fois encore, je sens que Bioy le remercie. Au lieu de dix points, ce sera finalement huit. J’ai aussi parlé de l’ombre de Borges. Àpres avoir  réfléchi, il n’y a pas d’ombre. Il y a des conditions de lecture. Borges est une condition pour lire le travail de Bioy, mais comme Bioy lest pour Borges ou Silvina. Finalement, Bioy ne voulait pas être immortel mais vivre un peu plus longtemps. Cent vingt, cent trente ans semblaient être un meilleur chiffre, plus raisonnable. Mais ce que je lis dans cette occurrence, c’est vivre plus. Vivre plus. C’est ce que la littérature permet. C’est ce que sa littérature permet. 
Mesa miradas cruzadas
Bioy siglo XXI o Bioy está vivo.
Voy a ser breve. Es algo que Bioy valoraba y de seguro agradecería. Además, citando al escritor polaco Witold Gombrowicz, cuando dio una conferencia en Buenos Aires en español, yo diré: mi francés es un niño balbuceante de apenas tres años.  
Han pasado veinte años de la muerte de Bioy, que tuvo la precisión y la precaución de morir junto con el siglo XX. Y sin embargo estamos aquí en Francia, en la tierra de sus mayores, veinte años después, hablando de él y de sus libros. El trasfondo perfecto de un cuento fantástico.
Como son veinte años los de su muerte y dije que iba a ser breve, voy a reducir a diez los puntos en los que concentro mi mirada, esta mirada, parcial, sobre Bioy.
1.Lo primero es que a pesar de que Bioy, como dije, murió con el siglo en 1999, es el autor del mejor libro publicado por la literatura argentina en este siglo, durante estas primeras dos décadas. Es el libro que reune sus cuatro décadas de conversaciones con Borges, como lo conocemos nosotros, el Borges de Bioy. Ese libro fue publicado en forma póstuma en 2006, tiene 1664 páginas, y es, como dije, el mejor libro que ha dado la literatura argentina en este siglo. Por lo tanto, Bioy se transforma en un autor no solo contemporáneo sino actual. Y en verdad no es un libro sobre Borges. Es un libro sobre la literatura y la amistad. O sobre la amistad y la literatura.
2.¿Qué significa escribir a la sombra de Borges? O mejor dicho, ¿qué significa escribir a la sombra de otro? Se lo piensa siempre como una desgracia, como un avatar lamentable, penoso. Una lástima, diríamos nosotros, lamentándonos de la suerte de Bioy, por haber escrito y publicado a la sombra de Borges. El primero que siempre ha desestimado esta interpretación fue el propio Bioy, que nunca lamentó eso, por el contrario. Y en verdage, olvidamos que escribir a la sombra es escribir entonces en la penumbra, acaso en la oscuridad, escribir a resguardo de ciertas luces que pueden cegar o confundir la mirada. Elogio de la sombra, ha escrito Tanizaki. Dicen que Macedonio Fernández escribía adentro de un placard a mano, por supuesto, y con una vela. Escribir a la sombra es entonces escribir casi en la clandestinidad, en la resistencia. Bioy ha sido consciente de esa condición y la ha aprovechado al máximo.
3.Como dije, hay que pensar y juzgar a Bioy como un autor actual. Y como tal es un autor diverso, complejo, sofisticado. No es el autor-marca registrada. ¿Qué sería un autor-marca registrada? El autor-marca registrada sería el autor que es siempre igual. Que se repite a lo largo de toda su obra, a veces toda su vida, con una misma voz, por lo general con las mismas y sagradas obsesiones, y que arma, como suele decirse también, un mundo reconocible. Bioy no es ese autor. Lo digo de nuevo, Bioy no es ese autor. Y esa es otra de las condiciones que lo vuelven un autor también de este siglo.
4.Porque a fin de cuentas, ¿qué sería ser un autor de este siglo? En principio, no ser un autor del siglo pasado. No ser un autor del siglo XX. O sólo del siglo XX. Y eso no tiene que ver con Internet ni con un uso particular de las nuevas tecnologías, ni con promocionarse en Instagram o en cualquiera de las redes sociales.
5.Ser un autor del siglo XXI y no ser un autor del siglo XX es, tal vez ante todo, y a la luz del nuevo siglo, superar la ideología. No la política sino la ideología, la capa más superficial de la política, la superficie más engañosa de la política. Bioy escribió « A nadie quiere tanto la gente como a sus odios ». La ideología es una variación del odio o, citando a un francés ilustre del siglo XX, una pasión inútil. Lo que importa es el estilo de un autor, esto es, la posición. La posición de un autor. Si hay un rasgo que define a la obra de Bioy es, sin dudas, la inteligencia. La lucidez. Una lucidez extrema.
6.Anoche vi una entrevista de Bioy que no había visto. A diferencia de otros escritores, y al igual que lo que sucede con sus libros, no solo siempre es fascinante volver a escucharlo, siempre es novedoso, siempre es nuevo. Siempre hay algo más u otra cosa. En esa entrevista dice en un momento, « todos somos héroes, porque tenemos que pasar por la muerte ». Lo dice sin solemnidad y sonriendo con su bondadosa inteligencia. Como un mensajero o un medium que no puede eludir esa suerte.
7.Esa insistencia de la muerte en la obra de Bioy hace que lo fantástico posea un particular dramatismo. Porque lo fantástico será, sobre todo, la posibilidad de evitar la muerte. En La invención de Morel, en Dormir al sol, en El sueño de los héroes, y en tantos cuentos, la aparición de lo fantástico es la aparición de la magia o el milagro mayor: la evitación de la muerte. Como a su admirado Stendhal, Bioy veía en la muerte la mayor crueldad e incomprensión. La muerte y el desamor.
Un texte passionnant
et profond ;
une excellente base pour nos échanges à l’Institut Cervantes hier soir.
Ce mercredi 9 octobre 2019, Titus Curiosus – Francis Lippa
Post-scriptum :
Le Borges de Bioy _ soient les pages présentant le nom de Borges extraites (par Daniel Martino) du Journal complet de Bioy _ n’a pas été traduit en français.
Honte à l’édition française !

Une semaine Bioy à Bordeaux du 7 au 11 octobre prochains

28août

Chers amis, 

l’Association Les Amis de Bioy Casares, 
dont je suis le président, 
vous présente le calendrier des manifestations Bioy 
qui auront lieu à Bordeaux du lundi 7 au vendredi 11 octobre prochains.


Ce mercredi 28 août 2019, Titus Curiosus – Francis Lippa
PROGRAMME de l’hommage à Bioy Casares



du lundi 7 au vendredi 11 octobre :


à la Bibliothèque Mériadeck :

exposition Hommage à Bioy Casares :

documents (collections personnelles)

et L’Invention de Morel

– quelques images de la BD de Jean-Pierre Mourey (Casterman, 2007)

adaptée du roman L’Invention de Morel d’Adolfo Bioy Casares 


du mardi 8 au samedi 12 octobre :

à la Halle des Chartrons :

exposition Une autre invention de Morel : Autrement Buenos-Aires/Tokyo Autrement .


… 
Du mercredi 2 octobre à fin novembre :


à l’Institut Cervantes :

… 

exposition Fernando Cometto Fenêtre sur  Bioy Casares

avec des rencontres/lectures autour du travail de l’artiste et de l’œuvre-source



 lundi 7 octobre :


au cinéma Utopia :

à 20h 30 : projection du film INVASION  de Hugo Santiago

(scénario d’Adolfo Bioy Casares, Jorge-Luis Borges et Hugo Santiago)

présentation et débat avec Cecilia Gonzalez, universitaire


… 

 mardi 8 octobre


à l’Institut Cervantes :

à 18h : Regards croisés autour d’Adolfo Bioy Casares 
table ronde/lectures avec

Stella-Maris Acuña, Silvia-Renée Arias, Eduardo Berti, Edgardo Scott et André Gabastou


 mercredi 9 octobre :…
à l’Auditorium de la bibliothèque Mériadeck :

à 17 h : Qui êtes-vous, Adolfo Bioy Casares ?

portrait-lectures

avec Michèle Elichirigoity, professeur d’espagnol,

Stella-Maris Acuña, universitaire argentine,

et en compagnie de lectrices.


 jeudi 10 octobre :


à l’Auditorium de la Bibliothèque Mériadeck :


 – de 16h 30 à 17h 30 :

projection du film documentaire Adolfo Bioy Casares (émission Océaniques )

présenté par André Gabastou, scénariste du film et traducteur de l’œuvre d’Adolfo Bioy Casares

 
 – de 18h à 19h :

De la personne au personnage :

rencontre avec René de Ceccatty, écrivain, essayiste et traducteur,

à propos de Fiction douce (où est présent le personnage de Bioy),

et de Mes Argentins de Paris (dont Bioy),

en dialogue avec Francis Lippa, cousin de Bioy



à la Halle des Chartrons :

 à 20h 30 :

nocturne argentin



 vendredi 11 octobre :


à l’Auditorium de la Bibliothèque Mériadeck :

de 17h 30 à 19h :
 Les héritiers d’Adolfo Bioy Casares  

avec les écrivains et traducteurs Eduardo Berti, Edgardo Scott et André Gabastou


à la Halle des Chartrons :

 à 20h 30 :

nocturne argentin

 

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