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Le trésor des archives Bioy-Ocampo à la Bibliothèque Nationale d’Argentine à Buenos-Aires

06juin

Les archives Adolfo Bioy – Silvina Ocampo déposées à la Biblioyhèque Nationale d’Argentine

commencent à livrer leurs secrets,

nous informe ce jour un bien intéressant article d’El Pais :

Los secretos de las cajas 26 de Bioy Casares y Ocampo

ARGENTINA

Los secretos de las cajas 26 de Bioy Casares y Ocampo

Pruebas de galera de Borges, primeras ediciones corregidas y una carta de Gabriel García Márquez son algunas de las joyas donadas a la Biblioteca Nacional de Argentina

MAR CENTENERA

Buenos Aires 6 JUN 2018 – 00:08 CEST
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Exposición de material de las cajas 26 de la biblioteca de Silvina Ocampo y Bioy Casares en la sala del Tesoro de la Biblioteca Nacional
Exposición de material de las cajas 26 de la biblioteca de Silvina Ocampo y Bioy Casares en la sala del Tesoro de la Biblioteca Nacional MARCELO HUICI / BIBLIOTECA NACIONAL MARIANO MORENO


En 1999, la biblioteca de los escritores argentinos Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo quedó huérfana. Al morir Bioy Casares, cinco años después que su mujer, el librero Alberto Casares dividió los 17.000 volúmenes en diez lotes. Uno por heredero. Incluyó 33 cajas en cada lote y las más valiosas eran las número 26, guardianas de las joyas de la colección. Pero nunca llegaron a repartirse. En 2017, la biblioteca íntegra fue adquirida por patrocinadores por 400.000 dólares y donada a la Biblioteca Nacional de Argentina. Después de meses de restauración y estudio, los secretos de las diez cajas 26 fueron desvelados hoy : está la prueba de galeras del cuento El jardín de senderos que se bifurcan, de Jorge Luis Borges ; primeras ediciones corregidas a mano que dieron pie a nuevas reediciones, una carta de Gabriel García Márquez dirigida a Bioy Casares y una respuesta manuscrita de Silvina Ocampo a Alejandra Pizarnik, entre otras maravillas.

AMONTONADOS EN UN DEPÓSITO « CON BICHOS DE TODO TIPO« 

Los libros pasaron 15 años amontonados en cajas en un depósito de la capital argentina. « Estaban en condiciones pésimas, con bichos de todo tipo en un lugar malsano« , dijo Manguel. Recuperarlos precisa de un gran trabajo de restauración y su destino será la primera sede de la Biblioteca Nacional, hogar del Centro de estudios y documentación Jorge Luis Borges.

Borges fue durante años el invitado más asiduo a la vivienda del matrimonio. El genial lector y cuentista llevaba libros para comentar con su amigo Bioy Casares y los dejaba allí, lo que explica todo el material borgeano presente en la colección. « Los libros muestran los vínculos entre Bioy Casares y Borges y son un testimonio más para conocer sus procesos de escritura« , declaró el director de la sala del Tesoro, Juan Pablo Canala, en la presentación. Entre los ejemplares seleccionados figuran dos ediciones, una en inglés y otra en alemán, de Las mil y una noches, uno de los libros favoritos del autor de El Aleph. Borges leyó las dos versiones y las confrontó – llenándolas de notas con su minúscula caligrafía – para preparar el ensayo Los traductores de las mil y una noches.

Los investigadores Laura Rosato y Germán Álvarez rastrean desde hace años los vínculos literarios borgeanos para reconstruir su universo creativo y se nutrirán de los hallazgos localizados entre los 17.000 volúmenes. « Borges imaginó en el cuento de El Congreso un grupo de gente que hace una enciclopedia del universo. Fallan. Esta va a ser una enciclopedia de la obra de Borges y no va a fallar« , dijo el director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, ante la titánica tarea que tienen por delante.

Las cajas 26 muestran también las amistades literarias que la pareja tejió a lo largo de sus vidas. En una carta fechada en México, en junio de 1991, el premio Nobel Gabriel García Márquez se dirige a su « querido Adolfo« . « Mi asombro por tu resistencia descomunal ante los embates de once discursos« , comienza la misiva, en la que habla de una « cena inolvidable » junto a su mujer, Mercedes Barcha. « Mercedes – que amaneció queriéndote más que a mí – no me perdona mi heterodoxia« , le dice a Bioy Casares.

En un ejemplar dedicado de La soledad de América Latina, el colombiano escribe : « Para Adolfo Bioy Casares, con el terror compartido por los discursos (dichos y oídos); y la admiración y la amistad« . El libro de García Márquez es su escrito de aceptación del Nobel de Literatura en 1982 y debía conocer muy bien el rechazo del autor de La invención de Morel a dar entrevistas y su temor a hablar en público. « Cuando le concedieron el Cervantes, pasó meses preparando ese texto aterrado porque pensaba que todo eran lugares comunes« , recuerda Manguel.

Correspondencia con Pizarnik

Es posible leer también una carta de Silvina Ocampo a la poeta argentina Alejandra Pizarnik como respuesta al libro en francés La mort, de George Bataille, que le había prestado. « Querida Alejandra : escatológica. Qué horrible libro. Me da miedo tenerlo en mi cuarto porque nunca como dulce de leche« , le dice la menor de las hermanas Ocampo a Pizarnik. Admite que « es bueno conocer cosas repugnantes » y le asegura que se dará cuenta en un poema suyo « muy próximo« . « En los diarios de Pizarnik también se aprecian estos intercambios, le gustaba provocar« , cuenta Rosato.

Ejemplar de La mort, de George Bataille, con anotaciones de Pizarnik y una carta de Ocampo.
Ejemplar de La mort, de George Bataille, con anotaciones de Pizarnik y una carta de Ocampo.

De la biblioteca nacerán decenas de investigaciones que arrojarán luz sobre la biografía de estos dos grandes escritores y de otros cercanos, asegura Álvarez. Entre los libros infantiles que Ocampo conservó estaba Gollywogg, de Florence Kate Upton, publicado en 1895 y considerado hoy un ejemplo de racismo. El título, que da nombre también al protagonista, se ha convertido en un insulto para referirse a personas de origen africano, pero los estudiosos creen que ayuda a entender la formación literaria de esa generación de las élites porteñas.

Los investigadores se han asomado a las 345 cajas que quedan por abrir. En ellas hay, por ejemplo, las guías Michelín que consultaban Bioy Casares y Ocampo en sus paseos por Europa y las revistas francesas que la poeta traía de vuelta a casa, que servirán para reconstruir esos viajes. También una colección completa de la revista Sur. Álvarez está convencido de que aguardan ocultas grandes sorpresas: « Hemos visto el 1%, el tesoro dentro del tesoro. Creemos que puede haber cartas, manuscritos, correcciones… Son 17.000 volumenes de expectativas« .

MÁS INFORMACIÓN

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Ce mercredi 6 juin 2018, Titus Curiosus – Francis Lippa

Le lumineux travail d’éclairage de Bénédicte Vergez-Chaignon dans « Les secrets de Vichy »

30sept

C’est avec une très profonde et vraie joie

que je me réjouis de m’entretenir mardi 13 octobre prochain, au 91 de la rue Porte-Dijeaux, à Bordeaux, à 18 heures, et sur ma proposition, avec l’excellent historienne Bénédicte Vergez-Chaignon

_ auteur, notamment, du très remarquable, et essentiel même, Les Vychisto-Résistants _ de 1940 à nos jours, et l’année dernière, d’un passionnant Pétain, entre autres très éclairants travaux _

à propos de son tout récent Les Secrets de Vichy, aux Éditions Perrin….

Installé, comme leurre et comme aide, dans les bagages des Occupants nazis vainqueurs d’un très efficacement mené blitzkrieg de quelques semaines seulement (en mai et juin 1940),

le régime de l’État français, du Maréchal Pétain,

qui s’empresse, dès le 12 juillet 1940, et dans la salle de théâtre du casino de Vichy, de faire supprimer le régime de la République,

de cette République proprement assommée par le coup de massue de cette si étrange défaite _ pour reprendre l’expression, quasiment sur le champ, de Marc Bloch _, et de le faire remplacer, sous des formes s’efforçant de se draper le mieux possible des apparences de la stricte légalité, par un nouveau régime _ auto-proclamé l’État français _ qui n’est rien moins qu’une dictature, le maréchal Pétain s’octroyant à lui-même rien moins que la totalité des pouvoirs exécutif, législatif et judiciaire ;

le nouveau régime s’installe donc tant bien que mal, au sein de la zone non-occupée _ que lui laissent benoîtement le soin et la charge d’administrer les vainqueurs _, dans une station balnéaire d’été, Vichy, qui offre au moins l’abondance de ses hôtels (et casinos, et salles de spectacle) : pour un provisoire qui va durer bien au-delà de l’automne et de l’hiver de 1940, quand la plupart de ses chambres d’hôtel de station balnéaire sont dépourvues de moyens de de chauffage…

Or, cet État français va se montrer on ne peut plus sourcilleusement jaloux de sauver le plus et le mieux possible la moindre des apparences _ et tout le decorum (politique et diplomatique), se voulant imposant, qui va avec _, de ce que l’Occupant paraît lui concéder officiellement de souveraineté,

suite à l’imposition unilatérale des termes très brutaux de l’Armistice, donné à signer, le fusil sur la tempe, à Rethondes…

Car cette apparence de souveraineté officielle est rien moins que sa première raison d’être _ celle qui fonde son pouvoir de fait _,

et qui va se trouver au fur et à mesure de l’évolution de la guerre _ en particulier après l’occupation de la zone dite jusqu’alors non-occupée, le 11 novembre 1942 _ de plus en plus rongée par l’évidence de son irréalité de fait !

Ce que le général de Gaulle s’efforçait de démontrer et faire comprendre dès le 18 juin 1940,

mais si difficilement, longtemps,

et aux Français de France _ et de l’Empire français, et réfugiés dans le monde entier : à Londres, à New-York, et ailleurs… _,

et aux Alliés, et au reste du monde…

….

Remarquons bien quun secret n’est pas un mystère :

un secret est forgé, soutenu, entretenu de manière à être, d’abord, le moins possible perçu (ni même, d’abord, soupçonné) en sa réalité même de secret ourdi et gardé,

afin de ne pas être, ensuite, percé, révélé, mis au jour, et ainsi dénoncé.

Et le régime (non démocratique, ô combien !) de Vichy

va ainsi cultiver à plaisir l’art très subtil _ et si pernicieusement maléfique _ des faux-semblants, double-jeux, demi-mensonges et mensonges les plus cyniquement éhontés…

Là résidait aussi le leurre, immédiatement, puis longtemps assez efficace, du Maréchal Pétain lui-même,

à la tête de cet État français, et de sa pseudo souveraineté de façade, vis-à-vis de l’Occupant nazi,

mais vis-à-vis aussi du monde entier, dans le jeu diplomatique ;

au-delà du rôle très effectif que le maréchal Pétain avait à jouer en France et dans l’Empire français auprès des Français eux-mêmes…

C’est le travail patient et précis d’analyse des archives _ longtemps difficilement accessibles, et dispersées, pour ce qui concerne les archives publiques ; d’autre part, beaucoup d’archives privées dorment encore (dans des malles) chez des particuliers, qui finiront peut-être à la poubelle, lors de nettoyages de caves ou de greniers… _, qui permet d’éventer peu à peu le brouillard dont ont su s’envelopper, longtemps après les événements, ces secrets de Vichy, aidés par tous ceux qui encore aujourd’hui y tiennent encore tant…

Et ce sont quelques uns de ces secrets d’État que, avec le recul du temps, et le travail patient et très précis sur les archives, se voient ici éclaircis par la sagacité patiente et méthodique, et proprement lumineuse, de la chercheuse passionnante qu’est l’historienne Bénédicte Vergez-Chaignon, en ce très riche et passionnant Les Secrets de Vichy...

Titus Curiosus, ce mercredi 30 septembre 2015

P.s. :

voici un lien utile permettant d’écouter le podcast de cet entretien (de 59′) du 13 octobre dernier.

De plus, le lien au livre de Bénédicte Vergez-Chaignon, Les Secrets de Vichy, permet d’accéder commodément aux divers liens au podcast de cet entretien du 13 octobre : cf la case « A écouter dans« .

Mathias Enard, ou le creuseur pudique : face à l’énigme de l’oeuvre et les secrets du coeur (à partir de l’exemple de Michel-Ange à Rome _ et Istanbul !!!)

11sept

Voici, ce jour, une réflexion sur la présentation par Mathias Énard de son roman-fable-enquête Parle-leur de batailles, de rois et d’éléphants

soit un essai _ de réflexion artistique, entée sur des recherches d’érudition, tant à Rome (Mathias Énard fut pensionnaire de la Villa Médicis en 2005-2006) qu’à Istanbul, et très « en profondeur« , la réflexion artistique comme la recherche documentaire, de la part du probe, fin et patient Mathias Énard _ pour combler un trou de quatre mois dans la biographie de Michel-Ange :

d’avril 1506

_ quand, fuyant Rome (« Michel-Ange a quitté Rome sur un coup de tête, le samedi 17 avril, la veille de la pose de la première pierre de la nouvelle basilique San Pietro« , page 13), suite à une mésentente grave avec son employeur-commanditaire l’assurément peu commode pape-guerrier Jules II (« Il était allé pour la cinquième fois consécutive prier le pape de bien vouloir honorer sa promesse d’argent frais. On l’a jeté dehors« , ibidem…), le sculpteur, florentin, vient se réfugier à Florence, auprès des Médicis _,

à septembre 1506

_ on retrouve en effet le sculpteur à Bologne (possession pontificale, mais à ce moment-là en révolte contre l’autorité du pape), au mois de septembre 1506 ; deux mois plus tard, le 10 novembre 1506, Jules II reconquiert par les armes cette cité (qu’il connaît bien pour en avoir été jadis le cardinal-évêque : de 1483 à 1499) ; et très vite le pape et l’artiste se seront réconciliés ; mais, plutôt que de continuer à faire travailler en priorité le sculpteur au projet de son gigantesque tombeau pour la nouvelle basilique Saint-Pierre, Jules II préfère (l’architecte Bramante souhaitant aussi éloigner Michel-Ange _ un rival _ du chantier de la reconstruction de Saint-Pierre) lui confier la mission _ titanesque _ de peindre l’immense plafond de la chapelle sixtine : Jules II s’en soucie tout spécialement, en effet, car la chapelle sixtine, construite de 1477 à 1483, est une création de son oncle, le pape Sixte IV della Rovere (pape de 1471 à 1484) ; mais le bâtiment vient de souffrir d’importants dégâts causés par de récentes constructions adjacentes (d’une part, l’édification des appartements Borgia, pour le pape Alexandre VI ; d’autre part, le chantier _ colossal _ de la réfection de Saint-Pierre, qui avait débuté le 18 avril 1506) ; et c’est Michel-Ange, le peintre, qui va se consacrer à ce plafond de la Sixtine, de mai 1508 à octobre 1512…

présentation

donnée le mercredi 8 septembre 2010, dans les salons Albert-Mollat,

en dialogue avec Francis Lippa…

Rencontrer _ in vivo ! _ un artiste qu’on a un peu essayé de bien lire _ et qu’on va continuer d’essayer de bien lire : car en ce cas de l’artiste (« vrai« , donc !) Mathias Énard, l’œuvre (vraie ! ainsi qu’elle se révèle à l’épreuve de cette lecture…) ne se réduit certes pas à ce qui pourrait, d’elle, se résumer : elle y résiste et tient la route « vraiment«  ! c’est en cela qu’elle est, chose toujours un peu rare (et digne d’admiration !), une « œuvre vraie« _ ;

et avoir la chance, en plus, de disposer d’un peu le temps afin de s’entretenir (un peu, ici encore : une bonne heure et demi…), de dialoguer avec lui _ le podcast de l’entretien dure 62 minutes _, sur ce qui anime la démarche d’où sourd, jaillit, procède son propre créer,


c’est avancer un peu sur ce que Gaëtan Picon et Albert Skira formulèrent, naguère _ magnifiquement ! _, comme « les sentiers _ ce ne sont pas des boulevards ! _ de la création«  _ et que s’efforce de prospecter, modestement et en douceur (forcément ! rien ne s’y obtient en « forçant«  !), la poïétique :

sur ce chantier, j’essaie de mettre quelques petits pas, ici-même, en ce blog-ci, dans ceux, si fins, d’un Paul Valéry, ou d’un Gaston Bachelard, hier, d’une Baldine Saint-Girons, aujourd’hui (cf son tout récent et très important Le Pouvoir esthétique, aux Éditions Manucius : une analyse ultra-fine et lumineuse des pouvoirs sur la sensibilité !)… _ ;

et qu’ils entamèrent d’éclairer-explorer, avec une merveilleuse délicatesse _ quels trésors recèle la collection de ce nom, « les sentiers de la création« , aux Éditions Skira ; hélas interrompue ; et somnolant désormais sous une pellicule plus ou moins fine de poussière dans les bibliothèques, quand elle ne sollicite pas plus activement les « actes esthétiques«  _ pour reprendre le concept de Baldine Saint-Girons en son précédent maître-livre, L’Acte esthétique, aux Éditions Klincksieck _ d’un peu actives mises à contribution, fécondes, d’une culture vive : en chantier (musaïque) de création…

Eh bien voilà la chance qui m’est échue en l’espèce de la rencontre,

mercredi après-midi dernier, 8 septembre, sur l’estrade des salons Albert-Mollat,

en l’espèce d’un dialogue (nourri de curiosités ajointées)

avec l’auteur

et de Zone, et de Parle-leur de batailles, de rois et d’éléphants,

ce creuseur d’énigmes magnifique

qu’est le très patient et tranquille, solide, posé, Mathias Énard…

En ce dernier opus _ dont le chantier lui a pris au moins deux années, depuis l’amorce de l’« idée« , lors de son séjour romain (en 2005-2006) à la Villa Médicis, nous a-t-il confié, en mettant la main, en la (belle) bibliothèque de la Villa, sur le volume des Vies… de Vasari comportant le récit de la vie de Michel-Ange, puisque c’est ainsi que démarra l’enquête !.. ; et dont le fruit, ce livre-ci, Parle-leur de batailles, de rois et d’éléphants, vient de paraître ce mois d’août aux Éditions Actes-sud _,

c’est à l’énigme de la création si puissante de Michel-Ange _ sculpteur, peintre, architecte ; ainsi que poète : ses Sonnets et (autres Poésies : Madrigaux, Poésies funéraires, Épigrammes, Élégies, Canzone, ainsi que Stances…) franchissent trop peu le seuil de la connaissance (et a fortiori celui de la délectation) des amateurs d’Art : considérablement moins que son œuvre plastique, en tout cas ! _ que vient se confronter la curiosité probe, patiente, et plus encore profonde, du chercheur-artiste, ou artiste-chercheur _ puisque c’est surtout ce processus-là que les circonstances de son parcours l’ont un peu amené à privilégier, désormais, comme lui-même, en parfaite simplicité, l’a indiqué, spontanément mercredi, en prenant des distances avec les missions universitaires auxquelles il s’était d’abord plié et adonné _, Mathias Énard.

A qui se demande

comment l’auteur-artiste passe du souffle formidable, (quasi) d’un seul tenant

_ ou d’une seule « tenue«  de la part de qui narre : en une phrase unique, « dans le souffle« , d’un narrateur (tel que celui de Zone…), qui (se) repasse (mentalement) en revue, lors d’un voyage en train (récapitulatif !), entre les gares de Milan et de Rome, toute la complexité où s’est faite (construite) et défaite (déconstruite) sa vie _ a-t-il une œuvre, lui ?.. c’est un agent auxiliaire, de grade subalterne… _, et, en particulier, ses relations (complexes et parfois d’une violence extrême) aux autres, de travail _ pas mal en Orient : voilà pour l’« éléphant«  ! _, de guerre _ voilà pour les « batailles«  et pour les « rois«  ! _, et aussi (avec ses trois compagnes successives, en particulier) d’« amour«  _ « et autres choses semblables« , ainsi que Rudyard Kipling se l’est entendu dire de son interlocuteur l’aède indien, dans Au hasard de la vie ; ainsi que le rapporte l’épigraphe de Parle-leur de batailles, de rois et d’éléphants _ : mais avec quelles finesses d’inflexions (d’hémioles, dirait-on en musique) : c’est un chef d’œuvre walt-whitmanien que cette coulée une et unique de souffle ! _,

comment l’auteur-artiste passe du souffle formidable, (quasi) d’un seul tenant

_ de narration se confrontant (lui et son Soi en gestation) à l’étrangeté poignante (et difficultueuse) de l’altérité ! quasi monstrueuse, en son pouvoir de fascination… _

des 516 pages de Zone,

au feuilletage discret, léger, rapide _ mais toujours aussi fort et puissant ! _,

des feuilles de carnet (de recherche de traces _ en vue d’approcher, lui, d’un peu mieux éclairer, sinon percer à jour vraiment, pour lui, les énigmes de sens d’une œuvre si riche en une vie d’artiste si étendue et si féconde en chefs d’œuvre, et si divers, que l’œuvre colossal de Michel-Ange… _ en bibliothèques et archives, principalement à Rome _ aux Archives vaticanes _ et, ensuite aussi, à Istanbul _ aux Archives de l’empire ottoman _) du narrateur-chercheur-reconstitueur (en son penser),

mais qui apprend à méditer aussi _ pour lui ; et pour nous lecteurs, à sa suite, qui sommes conviés au récit tout à fait provoquant de sa recherche, en la curiosité stimulée, à notre tour, de notre lecture… _, sur les signes évanescents

_ presque complètement silencieux (ils ne sont pas bavards d’eux-mêmes : il faut y être attentif pour espérer accéder à si peu que ce soit de ce qu’ils laissent transparaître, tout de même, de leurs puissants secrets…) _,

de l’Art,

des 155 pages, allegro vivace, de Parle-leur de batailles, de rois et d’éléphants,

à qui s’interroge, donc,

la réponse de l’auteur-artiste,

dans l’en-direct vivant du dialogue improvisé,

se fait toute simple (et sans le moindre chi-chi, a fortiori) :

chaque livre a le nombre de pages

et le style

que lui donne, tout simplement, son sujet _ c’est-à-dire le questionnement à propos d’une énigme ! _ qui vient s’emparer de lui _ devenant l’enquêteur _,

et qui l’attelle, un bon moment, à sa mission de le mettre (= donner, offrir, rendre), ce sujet « prenant » _ cette énigme à éclairer un peu ! puis l’enquête sur elle, en l’altérité de ce à quoi celle-ci ose venir se mesurer… _, par écrit, en son écrire (de narration) :

musical _ d’où la verve du rythme du récit…

Ainsi,

si Zone a été l’achèvement en forme d’apothéose faulknérienne (à mes yeux, du moins) de la recherche de Mathias Énard à propos de l’énigme si profondément entée en nous, en leurs séquelles qui paraissent ne plus bien vouloir accepter d’en finir « vraiment« , des guerres (intestines fratricides) du XXème siècle sur le continent européen (et ses appendices sud- et est- méditerranéens…),


ainsi, donc,

voici qu’aujourd’hui Parle-leur de batailles, de rois et d’éléphants apparaît _ au lecteur passionné (et fouilleur patient aussi : mobilisé…) que je suis… _ comme la confrontation de la curiosité probe et ultra-fine de Mathias Énard

avec l’énigme des liens entre

le Grand Art du génie de l’artiste-à-l’œuvre connu de nous sous le nom de Michel-Ange,

d’une part ;

et,

d’autre part,

les frémissements secrets _ tant aux autres (l’homme est un taiseux) qu’à lui-même aussi, pour le plus enfoui… _ du cœur de l’homme de chair, avec ses puissantes pulsions (dans les parages de l’Autre !), qu’il était

en sa vie d’homme…

L’homme et l’artiste ;

la vie et l’œuvre _ en tensions complexes à démêler à l’infini ;

sus au simplisme !

Cf

et apprendre à méditer sur cela,

par exemple, le célèbre mais trop mal compris trop souvent

Contre Sainte-Beuve de Marcel Proust…

Car

c’est l’Art qui crée en partie importante _ ça n’est jamais ex nihilo, non plus… _ la singularité

qui va se construire (mais pas mécaniquement !) de l’artiste !

L’artiste découvrant lui aussi peu à peu ce processus _ expressif, sur ces denses et compliqués aventureux « sentiers de la création«  _ de métamorphose _ de son Soi _ qui le traverse et le déborde _ lui, son (petit) Moi, ainsi que les pulsions (sauvages) de son Ça ; et aussi son Sur-Moi… ; cf aussi Nietzsche : sur « la petite«  et « la grande raison« , in l’important Aux Contempteurs du corps, au livre premier d’Ainsi parlait Zarathoustra _ et lui échappe en grande partie _ aussi lucide s’efforce-t-il de devenir ! Bataille qualifie très justement ce processus de création d’« impouvoir«  (de l’artiste)_,

en son regard, plus ou moins acéré, et questionnant _ interrogateur _ aussi ce qu’il fait _ et pas seulement l’altérité à laquelle il ose, aventurier, se confronter…


C’est avec infiniment d’humilité (et douceur tranquille, en son intranquillité même ! _ à l’écritoire…) que Mathias Énard approche la lumière de sa bougie

(artisanale : il la compose de tout ce qu’il peut assembler-rassembler _ en partie, aussi, comme il se doit (et cela comme pour tout un chacun d’entre nous tous), de bric et de broc : avec les divers moyens du bord !.. _ en sa culture et historique et artistique : très fouillées et très fines, les deux _ un travail de micro-chirurgie !)

Mathias Énard approche la lumière de sa bougie

_ avec tout ce que lui a appris sa propre longue et lente fréquentation, intense, passionnée, infusée et murie, et de la Perse

et de la Turquie :

d’où la rencontre, ici, sur ces pages au moins, de Michel-Ange

avec le calligraphe-poète

(et secrétaire, au Divan, du grand vizir Atik Ali Pacha),

Mesihi :

Mesihi dont il pense, même, identifier les traits

en la figure et le corps déployé

d’Adam

sur le sublime plafond de la Sixtine… ;

Mathias Énard nous a-t-il ainsi confié en cette belle conférence de mercredi ! et c’en fut là un temps très fort !!! _


Mathias Énard approche la lumière de sa bougie, donc

_ je reprends et poursuis _,

de cette énigme de l’œuvre _ sidérant, il est vrai _ michel-angelesque _ quelle poigne ! _,

sans chercher _ certes pas ! _, à réduire _ nous sommes ici à mille lieux d’un réductionnisme grossier et  vulgaire ! _ cet Art _ de l’artiste ! _

au misérable « petit tas de secrets » de l’homme en sa vie,

et ses rencontres (de tous genres !),

avec leur part (déjà) ombreuse,

sinon sombre _ voire carrément noire… _

d’altérité.


C’est à l’aune de l’Idéal d’Art,

très haut, et très puissant,

bien au contraire,

que Mathias Énard envisage et aboute les brindilles des rencontres _ glanées en sa recherche d’archives, ou bien imaginées : par les secours conjugués de sa culture et de son propre imaginer d’écrivain ! _ de la vie d’homme de notre « Michelagnolo Buonarroti« …

Au-delà des circonstances, déjà hautes en couleurs et batailleuses, des rapports de l’artiste commandité avec ses très hauts et très puissants commanditaires (chefs de guerre manieurs de sabre : comme le furent et Jules II della Rovere et Bayazid II de la dynastie des Osmanli),

c’est au côtoiement (et aboutage) incommensurablement plus fin et plus complexe des sensibilités du poète et calligraphe _ Mathias Énard met l’accent sur cette part fondamentale de cet art, dont hélas rien (de son pinceau et de sa main…) n’aura été préservé-conservé, pour nous _ Mesihi (né à Pristina, au Kosovo, vers 1470 ; et mort le 30 juillet 1512 à Istanbul : moins d’un an après la mort sur le champ de bataille de Gökçay, le 5 août 1511, de son protecteur le grand vizir Atik Ali Pacha)

et de l’artiste multiforme Michel-Ange (né au château de Caprese, près d’Arezzo, le 3 mars 1475 ; et mort à Rome le 18 février 1564)

_ Mesihi avait environ trente-six ans ; et Michel-Ange, trente-et-un _

que nous fait nous approcher, en son écriture _ d’enquête _ précise, rapide et légère, probe _ très loin tant de la moindre complaisance à la rhétorique que de l’hystérie _ le pudique, mais très patiemment curieux chercheur de sens et de beauté _ les deux conjoints : c’est un artiste ! _, Mathias Énard,

en ce superbe bijou qu’est Parle-leur de batailles, de rois et d’éléphants

Et l’auteur lui-même de se pourlécher à l’avance _ avec nous _ de ce que la gent _ un peu trop, parfois, ou souvent _ pressée _ par utilitarisme ! _ de la meute journalistique _ ah l’inculture du résultat !.. _

va très bientôt _ « un mois« , a-t-il même estimé mercredi 8 septembre… _ intégrer désormais dans sa bio officielle de Michel-Ange

le séjour stambouliote et le début de construction de « son » pont sur la Corne d’Or,

à la façon dont des lecteurs des Onze de Pierre Michon ont accouru en nombre contempler au Louvre le tableau qui y était décrit en ses plus menus détails… ;

ou à celle dont le malheureux _ pressé et sectateur de l’utilitarisme de l’efficacité, probablement, lui aussi : Time is money ! _ expert en économie internationale (des Affaires) qui fréquente les allées du pouvoir, a plagié, à propos de l’œuvre rédigé de Spinoza, notre confrère philosophe bordelais, Patrick Rödel, pour son Spinoza, ou le masque de la sagesse (aux Éditions Climats : la couverture prévenait pourtant : « biographie imaginaire » !) : ouaf ! ouaf ! ouaf !



Tel est donc, avec deux jours et deux nuits (de réflexion-méditation) de recul,

ce que je puise

dans ma rencontre-conversation avec ce créateur-artiste passionnant important qu’est Mathias Énard.


Titus Curiosus, ce 11 septembre 2010

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