Posts Tagged ‘espoir

Quant au survivre : un bel article à propos des (difficiles) errances amoureuses (et blessures) de Paul Celan

09jan

Un bel article _ par Carlos Ortega, directeur de l’Institut Cervantes de Vienne : « Paul Celan, un moribond amoureux » _ dans l’édition de ce jour, 9 janvier 2009, de l’excellent quotidien de langue espagnole El País,

quant au si difficile « survivre » de Paul Celan :

TRIBUNA : CARLOS ORTEGA

Paul Celan, el moribundo enamorado

El gran poeta judío que escribió en la lengua de sus verdugos consiguió escapar de la persecución nazi, pero su vida estuvo dañada por la experiencia del genocidio y por el sentimiento de culpa del que ha sobrevivid

CARLOS ORTEGA 09/01/2009

Del Holocausto hubo víctimas mortales y víctimas moribundas. La cifra de víctimas del exterminio de los judíos por parte del nazismo en Europa es conocida, pero la verdadera magnitud del Holocausto sólo es completamente visible si se tiene en cuenta también a los supervivientes del crimen. La tradición judía acuñó un término para referirse a ellos : sheerit, el remanente, lo que quedó _ celui qui demeure ? le « survivant » ?.. Esa carga residual tiene, en el término hebreo, un matiz de orfandad : lo que quedó, pero lo que quedó sin nada ni nadie. El núcleo de este remanente lo constituyeron los cerca de 50.000 judíos liberados de los campos de concentración dispersos por Austria y Alemania en abril y mayo de 1945.

A ellos habría que sumar algunos cientos de miles que antes se habían escabullido por poco de las tenazas asesinas de Hitler, pero que se vieron igualmente huérfanos, vagando por las frías estepas del Este europeo o por los sórdidos ambientes de las capitales donde se ocultaron hasta alcanzar un lugar más seguro en el mundo.

El poeta Paul Celan fue uno de éstos. Había escapado a las redadas que los soldados alemanes llevaron a cabo sistemáticamente durante los fines de semana de 1942 en su ciudad natal de Czernowitz, entonces en Rumania y hoy en Ucrania. Su novia, Ruth Lackner, le había conducido hasta un refugio a las afueras un día de junio en el que sus padres, que no habían querido seguirle a su escondite, hartos de la indignidad a que les forzaba la ocupación alemana, serían detenidos. Su padre moriría de tifus meses después en el campo de concentración de Transnistria, adonde habían sido deportados, y su madre lo haría un poco más tarde, asesinada de un tiro en la nuca en el mismo campo. Celan viviría ya siempre como el que quedó.

El destrozo de la soledad y de la pérdida, el clavo de la culpa, el desvarío por la violencia terminal y la humillación sufridas quebraron la capacidad de los supervivientes del Holocausto para vivir

_ un point crucial ! que nous aident un peu (!) à comprendre, par exemple, « Les naufragés et les rescapés« , le livre-maître (!) de Primo Levi ; « Kaddish pour l’enfant qui ne naîtra pas« , « Liquidation » & « Le chercheur de traces » (publié aussi dans le recueil _ magnifique ! _ du « Drapeau anglais« ) d’Imre Kertész ; et aussi « Histoire d’une vie » d’Aharon Appelfeld : tous auteurs et livres essentiels !!! _,

igual que se quiebra un árbol, con el particular chasquido que le desgaja de su raíz principal. Muchos sucumbieron a tan extrema desgracia, y se suicidaron en los primeros años después del fin de la guerra _ ou plus tard. Celan, sin embargo, pudo durante un tiempo luchar en su interior por no ser leña seca, y se resistió a su destrucción. Él constituye un ejemplo más, añadido a los Horowitz, Shmueli, Appelfeld _ le voici… _ y tantos otros de Czernowitz

_ sur « Czernowitz », on lira le très beau « Bruits du temps _ poèmes de Czernovitz«  (de douze auteurs juifs de langue allemande, nés entre 1898 et 1924, traduits de l’allemand et présentés par François Mathieu), aux Éditions Laurence Teper, paru en mars 2008 _

y de otros muchísimos lugares que también sobrevivieron. Pero, aunque no es un modelo, se puede rastrear su resistencia, porque habita en sus poemas escritos en la lengua de sus verdugos, una lengua que él cuidó con delicadeza extrema como si fuera un cristal único, frágil y radiante, capaz de transparentar con fidelidad el complejo espectro de su experiencia y de su espíritu.

La lengua alemana era, en efecto, el instrumento que hacía posible el espesor de los estratos sentimentales y la polisemia que Celan buscaba llevar a su poesía, porque era una lengua agitada en la emoción de lo familiar y de lo extraño, un sortilegio para tener presente el mundo invariable de su madre y de sus tías, su amor incondicional, el círculo de amigas que lo admiraban, y el mundo aprendido de la poesía alemana. Celan se sentía un traidor por seguir viviendo allí donde se había extinguido lo humano, un muerto viviente _ sans doute : et l’expression donne bien à penser !.. Lire là-dessus et Primo Levi, et Imre Kertész, et Aharon Appelfeld ! _ que carecía ya de aquel amor infinito de su infancia en una espera sin límites _ l’expression de Carlos Ortega est réellement magnifique… Si el judío, como Albert Cohen _ le marseillais, auteur de « Belle du seigneur«  et du « Livre de ma mère«  _ explicó, ha buscado en el siglo XX el amor fraterno del gentil como condición _ tellement difficile, précaire, problématique… _ para no sentirse expulsado _ un mot qui fait frémir !!! _ de la humanidad _ et de la communauté des humains non-inhumains ! à l’heure de tant d’autres expulsions de tant de pauvres gens… : je suis en train de lire « L’Amour des autres _ Care, compassion et humanitarisme« , le très riche n° 32 de la revue du MAUSS, qu’ont dirigé Alain Caillé et Philippe Chanial _, la carencia de Celan agravó su sufrimiento de la existencia. Entonces él, el enamoradizo, buscó allá por donde iba ese amor infinito que le faltaba.

Tal vez por ello, escribir para Paul Celan fuera, como para el mismo Cohen, escribir a una mujer, seducir a una mujer. Sus poemas están llenos de un normalmente femenino al que se toma como interlocutor. Hay 1.400 du en la obra del poeta, y es la palabra más repetida en ella. Cada uno de esos no es una evocación imprecisa de una entidad eterna. En muchos casos es su propia madre, pero en otros muchos responde a mujeres con las que Celan mantuvo relaciones. En medio del odio que le había negado la existencia, Celan levantó poemas que, como ha visto Bertrand Badiou _ éditeur de la « Correspondance » entre Paul Celan et Ileana Shmueli ; et de bien des œuvres traduites en français de Paul Celan _, tienen una lectura claramente amorosa o aun erótica.

Detrás, pues, de ese se esconde la presencia de Ruth Lackner, una judía austriaca, actriz, a quien Celan dejó mecanografiada su primera colección de poemas antes de huir desde Bucarest hacia París, a través de Viena. Está ella, pero también Rosa Leibovici, a quien conoció en los últimos años en Czernowitz y que le siguió a Bucarest (1944-1947), o Ilana Shmueli, apenas una adolescente entonces, y con quien el poeta volvió a encontrarse en diversas ocasiones a partir de 1965 en París y en Jerusalén. El de Celan se extiende por otras latitudes y por todos sus libros. A su paso por Viena, en 1948, conoce y se enamora de la poeta Ingeborg Bachmann, hija de un maestro de Carintia miembro del partido nazi. Con Bachmann, Celan se encontrará varias veces más, sobre todo entre el otoño de 1957 y julio de 1958, recomponiendo un vínculo que unía a dos extraños a pesar de su amor

_ sur Ingeborg Bachmann, outre son œuvre, bien sûr (!), dont son roman « Malina« , on peut lire une biographie, par Hans Höller, parue, traduite en français, aux Éditions Actes-Sud : « Ingeborg Bachmann« .

Cuando en 1948 llega a París, Celan frecuenta el círculo de su amigo rumano Isac Chiva, del que también participa Ariane Deluz, primera mujer de Chiva y amante de Celan entonces y en sus últimos años. Es precisamente Chiva quien presenta al poeta a la que será su futura mujer, la artista gráfica Gisèle Lestrange, e inmediatamente surge entre ambos una pasión intensa.

En 1952 se casan y en 1955 tienen a su hijo Éric. Celan aspiraba a crear una familia como se aspira a tener una vida plena. Amaba a su mujer y a su hijo, pero no pudo alcanzar esa aspiración. Al final de la década de 1960, hubo de separarse de ellos y vivir solo.

Antes, entre 1953 y 1962, Britta Eisenreich había sido su « mujer alemana« . Eisenreich está ultimando la escritura de lo que seguramente serán unos interesantes recuerdos de su relación con Celan.

Sin embargo, donde realmente se puede rastrear el alcance de los lazos con todas estas mujeres _ du moins pour nous autres, lecteurs, aujourd’hui _ es en la correspondencia que Celan mantuvo con ellas. Algunos de estos cruces de cartas han conocido en los últimos tiempos una publicación acompañada generalmente con notas esclarecedoras de sus editores. Magnífica por mil razones, la correspondencia con su mujer, Gisèle _ oui ! _, pone al descubierto el doloroso forcejeo entre el amor del poeta a su familia _ oui… _ y su locura, que fabricó la gasa negra en la que se asfixiaron los últimos diez años de su vida _ en effet. Lo que él mismo llamó « su enfermedad » era grave, producto de una personalidad sumamente dolorida, dañada sin remedio _ hélas _ por la experiencia del genocidio y por el sentimiento de culpa del que queda _ le « rescapé » d’entre les « naufragés » dont a parlé, en son ultime témoignage : essentiel ! Primo Levi : « Les naufragés et les rescapés« . En una anotación de 1966 del diario del filósofo Emil Cioran, se puede leer : « Anoche, en una cena, me enteré de que habían internado a Paul Celan en una casa de salud, después de que intentara degollar a su mujer. (…) Ese hombre encantador e insoportable, feroz y con accesos de dulzura, al que yo estimaba y rehuía, por miedo a herirlo, pues todo le hería » _ « herer » = « blesser »…

Celan había oído por fin aquel chasquido que le separaba de la existencia. Mientras pudo, se había alimentado con el amor de esas mujeres, un amor que necesitaba y buscaba, sin saciarse, también como motor para su poesía. Pero esa vitalidad de moribundo se acabó con el brutal tratamiento psiquiátrico a que fue sometido durante una década de duros internamientos clínicos con administración de psicotropos y electroshock : « Había muchas fuerzas reunidas en mí _ no sólo las de la poesía _, que eran una sola fuerza, una sola. Han querido quitármelas _ tal vez porque eran demasiado grandes _ ; mi fuerza era tan grande que no han podido dejármela. Me defendí durante mucho tiempo, pero cuanto más decidido y concentrado llevaba ese combate, más dura se hacía la caída« , le escribió en una carta de 1969 a Ilana Shmueli. Cuatro meses más tarde, el moribundo enamorado se arrojó al río Sena.

Carlos Ortega, escritor, traductor y editor, es director del Instituto Cervantes de Viena. Su último libro publicado es « La perfecta alegría« (Pre-Textos).

Un bel article, qui nous invite à (re-)lire d’abord Paul Celan :

ce qui demeure de sa poésie :

« La Rose de personne« , « Renverse du souffle« , « Grille de parole« , etc… ;

et sa correspondance aussi…


Titus Curiosus, le 9 janvier 2009

Le suicide d’une philosophe : de la valeur de vérité (et de justice) dans le marigot des (petits) accommodements d’intérêts

08nov

Un article _ hélas _ significatif (du présent : de la « société »…) sur l’excellent blog de philosophie de François Noudelmann : « 24 heures Philo » _ sur le site de Libération ; en date du 3 novembre 2008…

03/11/2008

« Une philosophe broyée par l’université de Brest »

(sic)

Par Jacques Dubucs, Jean Gayon, Joëlle Proust, Anouk Barberousse, Philippe Huneman•

«  Marie-Claude Lorne, philosophe, s’est donné la mort à 39 ans. En 2004, agrégée de l’Université, elle avait soutenu une thèse de philosophie des sciences et bénéficié, durant sa rédaction, de plusieurs subventions internationales. Par la suite, elle a effectué deux séjours postdoctoraux, à Montréal et à l’Institut d’Histoire et de Philosophie des Sciences et des Techniques de Paris (IHPST). Elle a enfin été élue en mai 2007 à un poste de Maître de Conférences à l’Université de Bretagne Occidentale (Brest).

Engagée dans une recherche de longue haleine sur les notions de fonction, d’information et d’intentionnalité en psychologie et en biologie, ainsi que sur la biologie contemporaine du développement, Marie-Claude Lorne devenait clairement une autorité en philosophie de la biologie, une interlocutrice privilégiée de ceux qui, Français comme étrangers, sont au premier plan de cette discipline. Tous ceux qui l’ont croisée ont été impressionnés par l’exigence et la clarté de sa pensée. Sur le terrain des idées, Marie-Claude ne transigeait jamais. Beaucoup se souviendront de ses interventions passionnées lors des colloques de philosophie. Pour cela, ses amis l’admiraient et enviaient son intransigeance : jamais elle ne cédait devant un argument qu’elle n’estimait pas intégralement clair ou satisfaisant.

Le 22 septembre, elle laissait à son domicile une lettre annonçant son suicide ; le 3 octobre, son corps a été retrouvé dans la Seine. Sa disparition est une grande perte pour la philosophie, française comme internationale ; elle laisse une œuvre interrompue que ses collègues auront à cœur de rendre publique.

Pourquoi cette jeune musicienne et mélomane raffinée, se comptant beaucoup d’amis, cette femme enthousiaste aimant les bons vins, les dîners et les soirées d’après conférences, a-t-elle ainsi abrégé sa vie ? Sa longue lettre d’adieu fait état de sa «non titularisation» comme maître de conférences à l’Université de Bretagne Occidentale. Il faut savoir qu’en général, cette titularisation va de soi ; son refus nécessite des carences majeures publiquement attestées (non effectuation du service, incompétence pédagogique majeure, violence _ et encore, celles-ci n’ont que très rarement entraîné un rejet du corps universitaire, comme beaucoup peuvent en témoigner).

Chercheuse hors pair, Marie-Claude Lorne était aussi une enseignante irréprochable : de multiples témoignages d’étudiants et de collègues viennent maintenant nous le confirmer. Ainsi, cette sentence, prise par une commission de spécialistes ayant siégé et œuvré dans des conditions peut-être légales mais déontologiquement invraisemblables et inacceptables au regard des us et coutumes universitaires, s’avère indubitablement une «décision injuste» (deux membres présents sur dix titulaires et dix suppléants ont siégé ; contre tous les usages de l’Université, la décision n’a été communiquée à l’intéressée qu’après trois mois, à la veille de la rentrée). Marie-Claude a elle-même souligné l’injustice foncière de cette décision dans sa lettre d’adieu. Après le drame, huit des membres de la commission de spécialistes ont véhémentement protesté par lettre auprès de l’Université, du recteur, du ministre et du Conseil National des Universités.

De fait, une telle décision n’avait rien d’irréversible, tant les amis que Marie-Claude avait alertés, étaient déterminés à faire valoir son droit à l’encontre d’une sanction qu’ils estimaient, sur la forme comme sur le fond, inique. Néanmoins, quelle que soit l’issue des recours, elle disait se voir condamnée à exercer à l’avenir son métier dans un «environnement professionnel hostile», perspective qu’elle refusait à juste titre de supporter. Même si nous ne comprendrons jamais vraiment pourquoi Marie-Claude a vécu cette décision comme injuste au point de se donner la mort, il est clair qu’elle l’a entendue comme un arrêté ultime, irrévocable à l’encontre de sa légitimité comme philosophe, c’est-à-dire comme une violence symbolique extrême.

Marie-Claude aimait vraiment la vérité, fidèle en cela à l’exigence originelle de la philosophie. Le semblant, quelque nom qu’on veuille bien lui donner _ « diplomatie » les bons jours, « hypocrisie » les mauvais _ elle n’en voulait pas. Elle n’a jamais cédé là-dessus, refusant de feindre de se ranger aux avis de plus puissants pour tirer les bénéfices de son allégeance. D’où, bien sûr, des difficultés prévisibles ; elle les connaissait et les acceptait.

La tragique disparition de Marie-Claude Lorne nous interpelle sur un monde du travail capable d’ainsi broyer les individus, et demande une réaction énergique. Toutes les enquêtes le montrent : le taux des suicides déclenchés par des motifs professionnels est en hausse inquiétante. Lorsqu’une telle dérive en vient à toucher des institutions républicaines, elle est particulièrement insupportable.

A Brest, Marie-Claude en a payé le prix. Un prix démesuré. »

Jacques Dubucs (Directeur de recherche, Directeur de l’IHPST (CNRS/Paris I Sorbonne/ENS) ; Jean Gayon (Professeur à l’Université Paris I Sorbonne) ; Joëlle Proust (Directeur de recherche, Institut Jean Nicod (CNRS/EHESS/ENS)) ; Anouk Barberousse, Philippe Huneman (Chargés de recherche à l’IHPST).

Rédigé le 03/11/2008 à 15:05

TrackBack

URL TrackBack de cette note:
http://www.typepad.com/t/trackback/2951204/35006243

Voici les sites qui parlent de Une philosophe broyée par l’université de Brest :

Commentaires

Avec pressions à la clé.
Ils ne mouraient pas tous, mais tous étaient frappés… même à l’Université.

Avec tristesse et révolte, je pense à cette femme brillante bien sûr, mais surtout intègre et bien trop jeune pour un tel destin tragique.

http://www.agoravox.fr/article.php3?id_article=46451

Rédigé par: candide | le 03/11/2008 à 17:09

Ce genre de geste, malheureusement, se renouvellera … Ce ne sera que la conséquence logique de l’autonomie des Universités qui permettra toutes les magouilles locales de petit groupes de baron(ne)s locaux sans aucun contrôle … Aujourd’hui, ces contrôles sont déjà rares … la preuve !

Rédigé par: B.D. | le 03/11/2008 à 17:14

L’université compte autant de cuistres que de savants ; et parmi les raisons de son effacement, les batailles pour trois ronds de frites, les rivalités de personnes, de territoires… D’où la nécessité d’apprendre les hommes, avant d’étudier les livres… Quelle triste affaire qui sent le provincialisme à plein nez… Sans compter qu’un poste de maître de conférences n’est déjà pas la panacée pour un savant de haut niveau : faut-il un dessin des obligations de service ? Refuser la titularisation dans ce cas, c’est effectivement renvoyer la personne sur les bords de Seine, lui courbant l’échine et l’injuriant en bas-breton

Rédigé par: Vieux Taxi | le 03/11/2008 à 17:40

Bien entendu, je ne connais ni cette collègue, ni les « dessous » de l’affaire. Mais je sais que le monde universitaire peut être, au moins autant que le monde des affaires, impitoyable ; et qu’en outre on n’y a pas droit à l’oubli ! J’assure les collègues de ma profonde sympathie.

Rédigé par: quercus | le 03/11/2008 à 17:56

La lente mais irrésistible putréfaction de l’Université démontre l’achèvement de la phase terminale du nihilisme européen : le milieu philosophique lui-même est profondément gangréné par le cynisme, le ressentiment et la volonté de vengeance. Aucune générosité intellectuelle ni aucune recherche désintéressée de la vérité ; seulement des conflits d’ego et des haines recuites. Alors effectivement, ceux qui _ parce qu’ils existent _ tentent vraiment de « penser » dans ce cloaque doivent avoir le cœur bien accroché. Mme Lorne était probablement trop délicate pour l’Université. Qu’elle repose en paix.

Rédigé par: Crocodile | le 03/11/2008 à 18:08

Cette affaire très regrettable a déjà fait l’objet d’articles sur le net beaucoup moins clairs et objectifs que celui-ci. Néanmoins, il me semble qu’un suicide est chose trop personnelle pour qu’on puisse s’en saisir pour faire le procès de l’Université comme d’aucuns l’ont essayé ailleurs.
Il est en effet très rare qu’une titularisation soit refusée. Maintenant, je suis scandalisé par les conditions dans lesquelles la décision a été prise : deux membres présents seulement. Que faisait donc le collègue chargé de présider la section de spécialistes en question ? Cela fait partie de ses attributions de téléphoner aux uns et aux autres pour avoir du monde.

Rédigé par: Pomponius | le 03/11/2008 à 18:46

L’émotion m’étreint à lire ces lignes. Universitaire scientifique, bien que beaucoup plus modeste que Mme Lorne, j’ai également ressenti cette violence sans nom à l’issue de ma thèse au moment où j’envisageais de me tourner vers la recherche.
Cet absolu respect de la vérité que j’ose estimer partager avec elle ne permet pas de s’accomoder du « système ». « Psychorigide« , ai-je souvent entendu.
Mme Lorne par son geste désespéré (?) ou héroïque attire notre attention sur ce qui ne va pas en Philosophe _ qui guide vers la Vérité. Puisse-t-elle trouver le repos de l’esprit dans le grand sommeil de la mort.

Rédigé par: michel | le 03/11/2008 à 18:52

Encore sous le choc pour quelqu’un que je ne connaissais pas, mais pour une situation qui concerne la pseudo collégialité à l’université. Cet événement en rappelle d’autres…

Ce drame nous touche tous et nous oblige à réfléchir au « fonctionnement » de nos belles institutions.

Mes condoléances sincères et mes pensées à ses proches
Avrel

Rédigé par: Avrel | le 03/11/2008 à 18:56

Triste Université qui est une véritable « machine à formater du tiède » : recherches audacieuses et recherches critiques étouffées ; recrutements de complaisance ; rabougrissement de la pensée au profit de de pathétiques batailles entre ego mal placés…

Rédigé par: Isabelle | le 03/11/2008 à 18:57

Actuellement, c’est toute la philosophie académique, du secondaire à l’Université, qui se laisse broyer sans piper mot et consent à son propre marasme et avilissement. On n’entend que Badiou sauver un peu l’honneur, alors que tous les professeurs de philosophie sans exception devraient aller dans les rues expliquer le « Discours de la servitude volontaire » ou « Le Capital« .
Et en interne, que dire, sinon que ça pue intensément ? Inégalités monstrueuses des charges de travail, incapacité à se mettre d’accord sur des progressions d’apprentissage raisonnées, incapacité à motiver et harmoniser des évaluations, querelle des chapelles (continentale ou analytique, appepienne ou acirephienne), rareté malthusienne des postes et guerres intestines subséquentes (qui font à présent des morts), isolement ; et impossibilité de poursuivre un travail de recherche dès lors qu’on enseigne dans le secondaire tant l’avalanche de classes et de copies rend impossible même le loisir nécessaire à la lecture et à la simple pensée, etc., etc.
Non, décidément, la philosophie n’est pas faite pour tout le monde. Il faut pour pouvoir en vivre tolérer un degré de turpitude, de violence et de miasme qui ferait vomir n’importe qui possédant quelque bon sens réellement partagé.
Evidemment, les pages du magazine « Philosophie », ou les joliesses et belles phrases médiatico-lénifiantes de Raphaël E. ne donnent aucune idée de tout cela, ni d’ailleurs non plus des sacrifices qu’il faut faire pour pouvoir réaliser son rêve de penser et enseigner en compagnie de maîtres en humanité si l’on n’est pas issu d’un milieu d’héritiers. Car le fond de l’affaire est là. La philosophie académique est la chasse gardée de l’Ecole réactionnaire et de la réaction tout court. On y tire à vue sur tout ce qui n’a pas l’apparence de respecter, relativement à ces turpitudes, un silence de bon aloi, bourgeois et cossu comme l’essentiel du recrutement philosophique académique lui-même, comme si ce silence-là était en soi une garantie de justesse et de justice.

Hélas, à quelques exceptions près, les « philosophes », dans leur silencieuse grégarité, auront consenti à la disparition de l’Ecole publique, si elle disparaît ( ce qui, au train où vont les choses, ne va pas manquer d’arriver). Sans doute même beaucoup auront-ils souhaité cette disparition, n’y voyant aucun inconvénient, pour pouvoir eux aussi, comme untel et untel dont le nom ne mérite pas d’être cité, vivre « philosophiquement » en vendant de la conférence culturelle à des gogos tout aussi héritiers qu’eux, à raison de 6000 euros la demi-journée.
Non, la montagne de dégoût qui a anéanti Mme Lorne n’est pas du tout inconcevable : il est très facile de l’éprouver et il est très difficile de ne pas y céder. On aimerait souvent, comme Nietzsche, pouvoir trouver un prétexte honnête, une maladie, pour quitter cet affligeant milieu et aller respirer enfin l’air des cimes afin de retrouver le meilleur de l’humanité en discutant contre, tout contre, Platon.

Rédigé par: pamyr | le 03/11/2008 à 19:26

J’étais loin d’être aussi brillant que Mme Lorne, mais je comprend sa souffrance, de six années de sacrifices impossibles à courir après la CNU et une qualification.
L’université française tue la qualité et la compétence, on le sait depuis longtemps. On découvre qu’elle le fait au sens propre.

Rédigé par: Jo | le 03/11/2008 à 19:32

Voilà pour cet article et ses commentaires de lecteurs sur le blog 24 heures Philo.

N’étant pas moi-même universitaire ; et, éprouvant, a contrario _ positivement donc _, pas mal d’estime ; et c’est un euphémisme : beaucoup ! _ personnelle _ pour la plupart des collègues philosophes qu’il m’arrive de fréquenter, notamment au sein de la « Société de philosophie de Bordeaux » ;

je n’en ai que davantage d’aisance à citer ces différents témoignages ci-dessus, sur le blog 24 heures Philo, donc, comme l’expression symptômatique du malaise de toute notre société _ rien moins ! envisagée comme un tout solidaire… _ ; ainsi, ce malaise, que celui des institutions _ l’université, mais plus largement, l’Ecole,

qui ont en chargent d’aider à « se former », « se développer », « s’épanouir », les esprits (et les personnes)…

Malaise face aux valeurs de vérité et de justice…

Montaigne intitulait le premier « essai’ de son troisième et dernier livre d' »Essais » : « De l’utile et de l’honnête« …

J’ai la chance de ne pas disposer de _ ni subir _ un « tempérament » pessimiste ;

il n’empêche ;

je suis, ou/et demeure, « de plus en plus » inquiet

de ce qu’un des commentateurs de l’article publié sur ce blog de François Noudelmann et Eric Aeschimann nomme « le nihilisme européen » _ ou plutôt « occidental » ? voire « mondialisé » ?.. _,

et qui sape les fondements de la confiance de chacun

tant en ses propres forces _ jusqu’à des suicides, tel que celui de cette philosophe de trente neuf ans !… _,

qu’en les autres,

en « le monde »…

Très personnellement, donc,

je me permets ici d’exprimer mon accord avec la « réception », par Laurent Joffrin, dans son (bel) éditorial _ « Yes, he can » _ de Libération le jeudi 6 novembre, de l’élection de Barack Obama à la fonction de présidence des Etats-Unis d’Amérique ;

et l’accès, de fait, de ce dernier _ « beau, jeune et bronzé« , s’est autorisé à proférer l’inénarrable bouffon Berlusconi (un des « toutous » de Busch encore en poste…)  _ à un certain leadership mondial ; et cela, qu’on s’en satisfasse, ou accommode, ou pas ; ou plus ou moins… ;

quand il _ Laurent Joffrin _ débute ainsi son article :

« L’avenir a changé de camp.

Pendant plus de vingt ans, les conservateurs l’avaient annexé.

Ils viennent de le perdre.« 

Car c’est aussi ainsi que j’ai interprété, en un article précédent _ « Sur le réel et le sérieux : le « point » de Paul Krugman sur l’enjeu de l’élection américaine du 4 novembre aux Etats-Unis » _, l’attribution, ce mois d’octobre-ci, du “prix de la Banque de Suède en sciences économiques en mémoire d’Alfred Nobel” à Paul Krugman ;

par comparaison avec l’attribution de ce même “prix de la Banque de Suède en sciences économiques en mémoire d’Alfred Nobel”, en octobre 1976, il y a exactement trente-deux ans, à  Milton Freedman…


J’ose interpréter ces divers événements

comme davantage que seulement un signe,

comme un bien réel sursaut

_ celui que Nietzsche, l' »anti-nihiliste » en chef, appelait si fort de ses voeux, par exemple dans « Ainsi parlait Zarathoustra _ un livre pour tous et pour personne » _,

comme un bien réel sursaut, donc, pour s’extirper de ce « nihilisme« ,

de la « pulsion de mort » mortifère

_ selon Freud (dans ses si essentiels « Essais de psychanalyse« ) ;

qui,

tant sadiquement que masochistement,

sape _ durablement et terriblement : en l’effondrant, à force de l’effriter… _ le sol même sur lequel s’efforcent de marcher, et essaient de se tenir (debout), et d’avancer, les personnes « humaines »…

Bref, à rebours de ce que ce suicide de la philosophe semble montrer

_ plutôt que « démontrer »… _,

je veux voir, en l’élan

_ interprétant le sien, personnel, d' »élan », comme celui d’un peuple entier (le peuple de Walt Whitman, en ses « Feuilles d’herbe« ) qui « se réveille » de ses mauvais rêves (d’alcoolique) _ ;

je veux voir, en l’élan qui porte Barack Obama

_ comme en l’élan qui avait porté, le mardi 8 novembre 1932, Franklin Delano Roosevelt _,

un « espoir » d’inversion _ enfin, depuis trente deux ans !!! (1976) _ de nos valeurs « sociales » :

politiques (à propos du rôle et de la valeur de l’Etat _ et du service public !!! _,

économiques,

culturelles ;

existentielles, in fine

Modestement,

Titus Curiosus, ce 8 novembre 2008

Chercher sur mollat

parmi plus de 300 000 titres.

Actualité
Podcasts
Rendez-vous
Coup de cœur