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Le très brillant versant oratorio de Haendel, par exemple l’éblouissant « Samson », en 1743, à Londres

29sept

George Frideric Handel

(Halle-sur-Saale, 23 février 1685 – Westminster, 14 avril 1759)

a connu une très féconde _ et longue _ carrière,

tout particulièrement à partir de son arrivée sur le sol britannique, en septembre 1711.

Après de très grands succès avec une série de très brillants opéras _ sur le modèle italien _,

à partir de 1738, Handel se reconvertit à l’oratorio, sur des paroles anglaises.

Sur le site de Res Musica, le critique Matthieu Roc fait l’éloge d’un « éblouissant Samson de Haendel par Alarcon« ,

un double CD qui paraît sur le label Ricercar .

Samson, un oratorio créé  à Londres le 29 octobre 1743.

Voici l’article :


Éblouissant Samson de Haendel par Alarcón

 

Ce mardi 29 septembre 2020, Titus Curiosus – Francis Lippa

La bibliothèque de 14 000 livres de Carlos Fuentes : ce qu’en dit sa veuve, Silvia Lemus

07juil

Dans El Pais du 4 juillet dernier,

un très intéressant article intitulé La biblioteca superviviente de Carlos Fuentes,

par David Marcial Perez,

et qui donne la parole à la veuve de l’écrivain (Panama, 11 novembre 1928 – Mexico, 15 mai 2012),

Silvia Lemus (née en 1945) ;

dont j’avais remarqué la vidéo d’un remarquable entretien, en 1998,

avec mon cousin l’écrivain argentin Adolfo Bioy Casares

(Buenos Aires, 15 septembre 1914 – Buenos Aires, 8 mars 1999).

….

Voici donc cet article,

qui, au passage, évoque aussi Bioy et Silvina Ocampo.

La biblioteca superviviente de Carlos Fuentes

 

EL PAÍS entra en la casa del escritor mexicano, donde aún permanece su colección personal : 14.000 libros. Es uno de sus pocos archivos que no tendrá como destino la Universidad de Princeton

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La periodista Silvia Lemus, en la biblioteca del escritor Carlos Fuentes.MÓNICA GONZÁLEZ 
DAVID MARCIAL PÉREZ

México – 05 JUL 2020 – 00:30 CEST

Pocos días antes de morir _ le 15 mai 2012 _, Carlos Fuentes escribió el esqueleto de lo que podría haberse convertido en su próxima novela. En una hoja de papel con fecha de mayo de 2012 fue apuntando a mano, con bolígrafo negro, una lista de 28 escenas y personajes: “el baile del centenario”, “Madero”, “la madrugada”, “madre-hijo”. Al terminar, grapó la cuartilla a la pared de su escritorio. Aquella hoja sigue en el mismo lugar ocho años después. En el hueco de la estantería, detrás de la silla de trabajo. Encima del fax, sobre los dos retratos enmarcados de sus padres y al lado de unas viñetas gráficas del New Yorker. Uno de los estilizados chistes recortados del semanario en el que un hombre entra a una peluquería a cortarse el cabello y cuando termina sale de la tienda sin cabeza.

En los cajones también están sus plumas, rotuladores, marcadores de hojas y hasta un hatillo de antifaces para dormir. Una pila de libros, algunos en doble y triple fila, cubren la mesa de madera en forma de ele. “Siempre trabajaba en un huequito a pesar de la mesa grande que le compré. Quién sabe por qué. Manías de escritor”, explica sentada en la silla de trabajo de su marido Silvia Lemus, su esposa durante los últimos 40 años _ depuis 1973 _ y albacea de su legado. Mientras nos explica más anécdotas, Lemus intenta echar el respaldo de la silla para atrás sin conseguirlo: “Al no usarla nadie desde hace ocho años, está tiesa”.

Como si el tiempo se hubiera detenido aquel 15 de mayo de 2012, todo está prácticamente igual en el escritorio de uno los grandes nombres del boom latinoamericano. Incluida la extensa biblioteca _ qui m’évoque tout aussitôt l’extraordinaire bibliothèque de Bioy en son célèbre appartement de la Calle Posadas, dans le quartier de la Recoleta, à Buenos Aires _ que se abre a la izquierda colonizando la pared de la habitación del estudio. Ocho filas de estanterías que van del suelo al techo. Es la zona de ensayos: filosofía, antropología, historia. Otras dos hileras ocupan el espacio de la esquina con traducciones al indio, al polaco o al chino de sus propias obras La muerte de Artemio CruzAuraTerra Nostra _ un sidérant chef d’œuvre !  Solo queda libre una pared con diplomas, la puerta y el ventanal que da paso a la azotea de la vivienda. Más de 14.000 títulos repartidos por toda la casa. Una elegante y ascética construcción de Luis Barragán, el único premio Pritzker mexicano, en un barrio residencial del sur de la Ciudad de México, donde se asentó la pareja tras los diferentes destinos del escritor como diplomático mexicano : París, Washington o Londres. En el apartamento que Lemus aún conserva en la capital inglesa hay otros 8.000 volúmenes.

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Diferentes traducciones de la novela de Fuentes, ‘Aura’.MÓNICA GONZÁLEZ

Dos veces a la semana, una bibliotecaria viene a la casa de los Fuentes a poner orden en el caudal de libros. La colección es uno de los pocos supervivientes del acervo del premio Cervantes mexicano. Casi todo el archivo está ya a resguardo en la Universidad de Princeton por deseo expreso del propio autor. De hecho, los envíos a la universidad estadounidense, donde fue profesor durante la década de los ochenta, aún no han finalizado. Los otras dos habitaciones del estudio guardan cajas y cajas de material. En uno de los archivadores se lee : “Correspondencia 1943-2012. Revisar y enviar a Princeton”.

Silvia Lemus tiene, sin embargo, otros planes para la biblioteca. “Vamos a donarla a la Universidad Veracruzana. Su familia paterna viene de allí”. La decisión también la dejó encargada en vida el autor. El nuevo fondo universitario llevará por nombre Biblioteca Carlos Fuentes Lemus. Su bisabuelo fue un migrante alemán que en el siglo XIX fundó una hacienda cafetalera en el lago de Catemaco. Su padre, ya veracruzano, fue también diplomático. En una de sus primeras paradas internacionales, en Panamá, nacería el escritor en 1928 _ le 11 novembre 1928. En Brasil, mientras su padre trabaja como secretario del embajador, ensayista, narrador y poeta Alfonso Reyes ; el hijo, como él mismo solía contar, aprendió “a ser novelista sentado en las rodillas” del prototipo de intelectual liberal mexicano.

De la larga tradición de escritores-diplomáticos también formó parte Octavio Paz. Ambos se conocieron en París, en 1950, cuando Fuentes tenía 21 años y el futuro Nobel mexicano 35. “Nos hicimos amigos inmediatamente”, cuenta el propio Fuentes en A viva voz, un compendio de conferencias y otros textos sobre literatura publicado por Alfaguara a finales del año pasado. Junto a Elena Garro, Bioy Casares o Silvina Ocampo _ et voici mon cousin et son épouse _, los dos amigos salían de fiesta por los cabarets de Saint-Germain-des-Prés, “donde Albert Camus demostraba ser un gran bailarín de boogie y donde Luis Buñuel regresaba al triunfo de Los olvidados en Cannes”. Cinco años después, ya en México, continuaron las correrías : “organizábamos fiestas toga parties con muchachas muy guapas”. Eran los días de vino y togas, antes del giro conservador de Paz, que lo alejó de Fuentes y tantos otros escritores latinoamericanos. “Aun así —recuerda hoy Lemus— fue un amigo a quien siempre quiso. Lo quiso de verdad”.

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La máquina de escribir Olivetti Lettera 30 de Carlos Fuentes. MÓNICA GONZÁLEZ

En uno de los pocos huecos sin libros en las paredes del estudio hay cinco fotografías enmarcadas de algunos de sus escritores fetiche : Balzac, Kafka, Faulkner, Poe y Melville. A casi todos dedicó el autor mexicano reflexiones y alabanzas. En su libro de conferencias, se centra en una de las primeras novelas de la serie La Comedia Humana, de Honoré de Balzac. El protagonista _ de La Peau de chagrin _ es un joven que recibe de un viejo anticuario una extraña piel con poderes mágicos. Un vehículo para abordar la ambición, la miseria, el ascenso social, o la corrupción como ingredientes del naciente capitalismo. Temas centrales en la novela naturalista y que, de alguna manera, Fuentes integró también en su narrativa. A modo de lección, reflexiona en su ensayo : “Acaso el protagonista balzaciano sea el primer héroe del absurdo moderno”.

De Herman Melville, dice que “la loca cacería de la ballena blanca por el capitán Ahab _ de Moby Dick _ revela el desastre al que puede conducirel orgullo fatal” de un hombre y un país que se despiden de su inocencia”. Una alegoría universal, pero que resuena con fuerza al analizar el México posrevolucionario y la vileza de sus caudillos, núcleo central de La muerte de Artemio Cruz. Sobre Faulkner, del que tanto bebieron los exponentes del boom, destaca la importancia del territorio mítico de sus novelas, el condado de Yoknapatawpha, perdido en algún lugar del sur profundo de EE UU. Y subraya: “Como en los casos de la Comala de Rulfo y el Macondo de García Márquez, a mayor intensidad local corresponde mayor significancia universal”.

Las notas sobre sus lecturas solía apuntarlas a mano, sobre las mismas hojas de los libros o en cuadernos. “Vivíamos siempre rodeados de libros. Los subrayaba, escribía en el margen y utilizaba códigos. Algún día se descifrarán sus garabatillos”, apunta Lemus con una sonrisa. Luego, sale del estudio a la terraza y por unos escalones a la derecha baja directamente al dormitorio. También aquí hay libros. En las dos mesillas de noche. En la del lado derecho de la cama, el lado de Fuentes, todo sigue también intacto desde hace ocho años. La lámpara y los cinco libros : Un ensayo de Orson Wells, otro sobre Faulkner, una antología de poemas de León Felipe, otra de poesía Latinoamericana y una novela policíaca. “La novela negra —explica Lemus— le ayudaba a dormir”.

 

Voilà.

Ce mardi 7 juillet 2020, Titus Curiosus – Francis Lippa

Musiques de joie : la joie endiablée de l’Intermezzo de la Suite de Hary Janos, op. 15, de Zoltan Kodaly

15juin

Un certain goût pour les musiques d’Europe centrale et orientale

me porte ce jour vers les Danses endiablées de Zoltán Kodály 

(Kecskemét, 16 décembre 1882 – Budapest, 6 mars 1967),

entre lesquelles j’hésite à porter mon choix :

les Danses de Galánta, de 1933,

les Danses de Marosszék, de 1930,

ou bien l’Intermezzo de la Suite pour orchestre, opus 15, de Háry János, de 1927…

J’en écoute plusieurs interprétations ;

et je balance, au final, entre les superbes directions _ toutes deux parfaitement idiosyncrasiques _ de

Ferenc Fricsay (Budapest, 9 août 1914 -Bâle, 20 février 1963),

à la tête de l’Orchestre Symphonique de la Radio Berlinoise,

en un enregistrement de novembre 1961,

sur un CD Kodaly conducts KodalyDeutsche Grammophon 427 408 – 2 ;

et d’István Kertész (Budapest, 28 août 1929 – Herzliya, 16 avril 1972),

à la tête du London Symphonic Orchestra,

en un enregistrement de février 1965,

sur un CD Decca Eloquence 480 4873.

Voici donc un podcast de l’enthousiasmant Intermezzo de la Suite Háry János,

par István Kertész ;

puisque je n’ai pas trouvé sur le web

de podcast de l’interprétation déchaînée de Ferenc Fricsay…

Fricsay, Kertész : deux immenses chefs,

trop précocement disparus,

l’un par maladie, à l’âge de 48 ans,

l’autre par noyade en Méditerranée, à l’âge de 42 ans.

Et Zoltan Kodaly : un magnifique compositeur !

Ce lundi 15 juin 2020, Titus Curiosus – Francis Lippa

Musiques de joie : le romantisme radieux de Johannes Brahms (II) : la puissance sidérante du premier Concerto pour Piano, opus 15, par Clifford Curzon et le London Symphony Orchestra dirigé par George Szell en 1962

11juin

Encore une royale et stupéfiante performance

que celle du pianiste Clifford Curzon

(Londres, 18 mai 1907 – Londres, 1er septembre 1982),

et du chef George Szell

(Budapest, 7 juin 1897 – Cleveland, 30-7-1970)

à la tête du London Symphony Orchestra, en mai 1962,

pour le Premier Concerto pour Piano et Orchestre, en ré mineur, opus 15,

de Johannes Brahms

(Hambourg, 7 mai 1833 – Vienne, 3 avril 1897) ;

chef d’œuvre dont la première eut lieu à Hanovre le 22 janvier 1959,

avec Brahms au piano ;

soit le CD Decca 417 641-2,

enregistré à Londres en 1962.

J’ai écouté quelques autres interprétations qui me sont tombées sous la main

dans le désordre de ma discothèque :

Rudolf Serkin et George Szell à Cleveland, hier,

et aujourd’hui Lars Vogt dirigeant du piano l’orchestre du Royal Northern Sinfonia,

ou Adam Laloum et Kazuki Yamada dirigeant le Rundfunk SinfonieOrchester Berlin :

elles n’ont pas la puissance sidérante

et de la plus parfaite évidence

qui convient tant au jeu du piano

qu’à celui de l’orchestre…

C’est somptueux !

Qu’on en juge par la jubilation que procure le podcast

Quel éblouissement…

Ce jeudi 11 juin 2020, Titus Curiosus – Francis Lippa 

Musiques de joie : la joie vive et malicieuse de Joseph Haydn dans sa Symphonie « La Surprise », n° 94, par George Szell et le Cleveland Orchestra

21mai

Pour aborder la joie dans la musique symphonique

_ dont, les années passant, l’effectif instrumental prend de l’ampleur, sinon du poids _,


je choisis Joseph Haydn
(Rohrau am Leitha, 31 mars 1732 – Vienne, 31 mai 1809),
et sa Symphonie (londonienne) n° 94, en Sol Majeur, dite « La Surprise  »,
« avec le coup de timbale »
_ « à faire sursauter les dames » au cours de l’Andante du second mouvement _
créée à Londres le 23 mars 1792.
Pour sa belle vivacité et son humour malicieux.
Et dans l’interprétation parfaitement idoine du Cleveland Orchestra,
sous la direction épatante de George Szell.
In le double album CBS M2YK 45673 _ de ma discothèque.
Alors que la musique de concert, et tout spécialement celle du genre symphonique, va _ vite _ de plus en plus s’étoffer
et le plus souvent s’alourdir,
le génie malicieux de Joseph Haydn
ainsi que l’art souple et vif de la direction d’orchestre de George Szell,
nous offrent ici, en 1792, cette qualité-là de jubilation séduisante…
Ce lundi 18 mai 2020, Titus Curiosus – Francis Lippa
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